Sara Villodre es vicepresidenta del Consejo de la Juventud de España (CJE), que compagina con sus estudios en Relaciones Internacionales, Ciencia Política y Gestión Pública en la Universidad Rey Juan Carlos.
1.- En septiembre del 2024, adquirías la vicepresidencia del Consejo de la Juventud de España (CJE). Como joven y representante de una plataforma que aglutina a diferentes entidades juveniles, ¿podrías indicarnos cuáles son las principales preocupaciones de los jóvenes? ¿Qué prioridades habéis definido desde el Consejo para este nuevo mandato?
Como personas jóvenes, estamos viendo cómo nuestra capacidad de desarrollar un plan vital pleno se ve truncada por cuestiones que, aunque nos afecten a nosotras como juventud, no dejan de ser una preocupación para toda la sociedad: seguimos siendo el país con mayor tasa de paro juvenil de la Unión Europea, y pese a que los salarios han subido en los últimos diez años, también lo ha hecho el coste de vida.
Hemos alcanzado un punto en el que emanciparse es prácticamente una ilusión para muchas personas jóvenes que no ven el momento en el que vayan a poder desarrollar su plan de vida de manera autónoma, e incluso para aquellas personas que se emancipan, la expectativa de calidad de la vida frente a lo que después nos encontramos, que es una situación cada vez más precaria, es un choque brutal. Esto se relaciona con otra cuestión que también trabajamos en el Consejo y que tiene una gran relevancia entre los jóvenes y es la importancia de la salud mental y el bienestar. Aunque hablamos más de salud mental y muchas personas dirían que hemos “roto ciertos tabús”, vemos cómo la soledad no deseada es también un problema dentro del colectivo joven, y esta situación socioeconómica de vulnerabilidad que antes mencionaba repercute notablemente en la sensación de bienestar que podemos experimentar.
Pero, por supuesto, esto no se relaciona únicamente con las condiciones de vida individuales, sino que en muchos casos los problemas de salud mental están determinados por cuestiones como el cambio climático, cuyos efectos estamos viviendo ya actualmente y que nos preocupan enormemente. ¿Cómo vamos a defender nuestro derecho a desarrollar un plan de vida si no vamos a tener siquiera un planeta donde vivir?
2.- España encabeza la lista de países europeos con la tasa más alta de empleados sobrecualificados de la Unión Europea, una situación que afecta en gran medida a los jóvenes. ¿Por qué crees que se produce esta situación?, ¿cómo podríamos revertirla?
Bueno, nosotras identificamos que muchas veces esta sobrecualificación viene dada por la narrativa de meritocracia en la que se nos decía que si estudiábamos y nos esforzábamos mucho tendríamos acceso a un buen trabajo, que nos permitiría a su vez adquirir una vivienda y desarrollar nuestro plan de vida. Esto se ha acabado convirtiendo un poco en nuestro “cuento de la lechera”, en el momento en el que vemos que tener más cualificación e invertir más recursos en tener más o mejores estudios no se traduce en lo que hablábamos, sino que seguimos teniendo salarios bajos y ni se nos pasa por la cabeza adquirir una vivienda, porque es prácticamente imposible conseguirla ya en alquiler sin que nos cueste más del 50% de nuestro sueldo. Es por eso que desde el CJE reivindicamos la necesidad de desarrollar políticas públicas que tengan en cuenta la realidad concreta que vivimos las personas jóvenes, faciliten el acceso a la vivienda y garanticen condiciones salariales y laborales que nos permitan tener unas condiciones de vida dignas.
3.- Unión Profesional representa a 36 corporaciones colegiales de ámbito estatal, de ocho sectores de actividad, que juntas aglutinan a más de un millón y medio de profesionales y, por tanto, a profesionales jóvenes. ¿Qué aspectos consideras relevantes que las corporaciones colegiales tengan en cuenta para facilitar su aterrizaje al mercado laboral?
Para muchas personas, estas corporaciones colegiales son ese espacio de acompañamiento para introducirse al mundo laboral, y creo que en ese sentido los propios colegios tienen una responsabilidad en la información y el seguimiento que se hace, y que muchas veces es determinante para que estas “nuevas incorporaciones” conozcan los recursos a su alrededor. Además, una cosa que trabajamos desde hace tiempo dentro del Consejo tiene que ver con el reconocimiento de las competencias que las personas adquieren a través de su labor de voluntariado (estas “habilidades blandas” de las que ahora se habla mucho) y que también tienen ventajas en lo que respecta a su empleabilidad.
Las corporaciones colegiales pueden tener un papel destacado en facilitar este reconocimiento a aquellas personas que realizan voluntariado, además de contribuir en dar visibilidad a cómo realizar voluntariado tiene consecuencias positivas en este sentido.
4.- La comisión permanente del Consejo de la Juventud, la componéis jóvenes con estudios en diferentes disciplinas (psicología, derecho, relaciones internacionales…). ¿Qué ventajas consideras que tiene contar con un equipo tan heterogéneo? ¿Por qué consideras que es importante adoptar una visión multidisciplinar a la hora de abordar las oportunidades y retos a los que se enfrenta la juventud española?
Al final nosotras somos elegidas por una Asamblea de la que forman parte organizaciones juveniles de muy diverso tipo y que representan esa heterogeneidad que existe dentro del colectivo joven. Esta característica tiene mucha importancia dentro del CJE porque da sentido a la representación que hacemos y lo que defendemos.
La variedad tanto en el plano académico como en cuanto a la experiencia que hemos adquirido cada una de nosotras en nuestras respectivas organizaciones, nos da una perspectiva muchísimo más rica sobre la realidad de la juventud y cuáles son las estrategias a seguir para cumplir con nuestro mandato de fomento del asociacionismo juvenil y la defensa de los derechos de las personas jóvenes.
