El 29 de octubre del 2024 marcó un antes y un después en el plano de las catástrofes naturales en nuestro país. Una Depresión Aislada en Niveles Altos (Dana) barría las comunidades autónomas de Valencia y del este de Castilla La Mancha, cuyas localidades fueron anegadas por una riada en combinación con desbordamiento de ríos y arrastre de barrancos.
Más de doscientas personas perecieron a causa de esta condición extrema meteorológica, acusada por el cambio climático que asola el planeta. Si algo ha destacado en estos doce meses tras la tragedia ha sido la solidaridad como actitud protagonista: numerosas personas llegadas de todo el país se trasladaban hasta la zona afectada para ayudar y posibilitar la vuelta a la normalidad a la mayor brevedad posible.
Por su parte, las corporaciones colegiales activaron sus protocolos de asistencia, emergencia y actuación, que fueron instaurados en tiempos de pandemia, revalidados con el volcán de La Palma y reactivados a causa de los incendios estivales. La dana, como el resto de circunstancias extraordinariamente extremas, volvía a poner a la comunidad profesional en el centro de la ayuda confiable, la asistencia técnica y el apoyo organizado.
ACTIVIDAD PROFESIONAL, UN AÑO DESPUÉS
Todas las profesiones han estado presentes de una u otra manera. Ejemplo de ello ha sido la gestión de reclamaciones por daños a los seguros, Consorcio de Compensación de Seguros y solicitudes de ayudas autonómicas, así como ayudas estatales para que las personas afectadas pudieran recuperar sus vidas lo antes posible. También en el caso de los vehículos dañados por el temporal.
En el caso de la burocracia en cuanto a vivienda, las profesiones que prestaron ayuda de manera inmediata y gratuita a los afectados han continuado haciéndolo mediante plataformas online con el fin de expedir notas simples, actas y copias electrónicas de documentos.
Igualmente, ha habido corporaciones colegiales dedicadas a establecer una métrica diseñada para ayudar en la cuantificación y evaluación del impacto de los eventos climáticos extremos con el fin de identificar, evaluar y mitigar los riesgos de la naturaleza y así ser útil para la sociedad. Dichas profesiones han cifrado los daños a cubrir en 22.000 millones de euros. Muchos de ellos todavía están pendientes de cubrir a través de subvenciones y ayudas autonómicas y estatales.
La respuesta de las profesiones ante catástrofes como la dana ha cruzado fronteras, instaurándose modelos de actuación, intervención y desarrollo posterior de proyecto, y apoyados en el análisis sobre resiliencia y reconstrucción comunitaria.
Ha sido fundamental la asistencia en salud mental; intervenciones individuales pero también grupales han sido dirigidas por profesionales que han acompañado a las víctimas durante estos duros meses.
HOMENAJE A LAS VÍCTIMAS
En el día del aniversario y en posteriores jornadas tendrán lugar diversos homenajes y recuerdos a las víctimas de la dana del 29 de octubre del 2024, en sintonía con los que desde varias corporaciones colegiales se han llevado a cabo durante este año.
Desde Unión Profesional nos sumamos a este recuerdo, homenajeando a todas las profesiones que de manera permanente ponen a disposición de la sociedad sus conocimientos y criterio profesional, especialmente en momentos en los que la dignidad humana, el bien más preciado a custodiar, es amenazada.
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