Bruselas propone rediseñar los ISDS y garantiza la independencia de la sanidad en el TTIP.
Las conversaciones y el desarrollo de documentos de la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés) no cesaron durante el mes de agosto y ya están prácticamente listas algunas propuestas de la Comisión Europea (CE) que deberán pasar el filtro de la Eurocámara, la Unión Europea de los 28 y, finalmente, de EE.UU.
Contexto político: apoyo y mayor transparencia
La época estival tampoco ha dado tregua a la apretada y polémica agenda de asuntos y gestión de intereses que aún están sobre la mesa del Tratado de Libre Comercio Transatlántico que pretende ver la luz antes de las elecciones presidenciales americanas del 2016. Tanto es así, que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, junto con David Cameron, primer ministro del Reino Unido, han firmado un artículo donde apoyan de nuevo el TTIP y esperan que sea posible durante el próximo año. Igualmente, ante las críticas vertidas, principalmente por el Gobierno alemán, sobre la demanda de información del transcurso del acuerdo, Cecilia Malmström, comisaria de Comercio de la CE, se comprometió a que «la Comisión publicará desde ahora informes detallados y extensivos sobre las negociaciones en todas las lenguas oficiales de la UE».
La Comisión Europea plantea un ISDS más neutro y cerrado en su composición
El borrador que maneja la comisaria, Malmström, expone que los tribunales de arbitraje para dirimir los conflictos que se puedan derivar entre inversores y Estados sean de lista cerrada y se conformen con profesionales del derecho con una categorización semejante a la de los jueces. De esta forma, se avanzaría en el método de composición de estos tribunales, que en otros acuerdos comerciales normalmente se constituyen con personas provenientes del sector privado como bufetes, consultoras o cámaras de comercio, entre otros.
Sin duda, el denominado mecanismo de resolución de conflictos entre inversores y Estado (ISDS, por sus siglas en inglés) es uno de los asuntos más polémicos que acompaña desde el inicio las negociaciones sobre el TTIP. El pasado enero, en un proceso de consulta realizado por la CE, la opinión pública europea expresó un unánime rechazo del 97% a la inclusión de los ISDS en el tratado que se sumó al manifestado por cierta parte de la Eurocámara. Por ello, Malmström se vio obligada a modificar el diseño de estos arbitrajes.
El TTIP incluiría garantías de independencia de la sanidad pública y no incrementaría la factura farmacéutica
Por otra parte, la protección de los servicios públicos es también una materia discutida por cuanto el TTIP pueda amenazar la independencia de la gestión de los Estados miembros. No obstante, desde las distintas instancias europeas encabezadas por Malmström y el jefe negociador por la UE, Ignacio García-Bercero, se han apresurado a reafirmar que los países de la UE mantendrían su capacidad de organización y legislación sobre la oferta pública del ámbito sanitario.
De igual forma, la CE aseguró que los sistemas de salud nacionales europeos no verían incrementada su factura de medicamentos. Una preocupación surgida de un documento al que tuvo acceso Redacción Médica en el que el apoyo a la protección intelectual pudiera otorgar a las empresas innovadoras la obstaculización de la venta de determinados medicamentos genéricos. No obstante, se afirma que no se intervendría en el «derecho» que poseen los Estados para establecer los fármacos que son financiados y su precio. Asimismo, el documento sostiene que sería deseable una convergencia a ambos lados del Atlántico tanto en las tareas de inspección de la fabricación, como en la aprobación de los medicamentos.