En el Día Internacional de la Tierra (22 de abril), recuperemos la Tierra desde la acción profesional.
El cambio climático fue la causa principal que precipitó las cinco extinciones que la Tierra ha soportado en sus más de 4.500 miles de millones de años de existencia. Se trata, entonces, de la mayor amenaza para nuestro planeta, sumido en la actualidad en otro cambio climático, esta vez, provocado, según fuentes científicas, por una incontrolable actividad humana.
En su último informe, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) establece entre sus conclusiones que «el calentamiento del sistema climático es inequívoco, existiendo una clara influencia humana en su evolución. Muchos aspectos del cambio climático y los impactos asociados continuarán durante siglos, incluso si se detienen totalmente las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero». Para este organismo dependiente de Naciones Unidas, «existen medios para limitar el cambio climático y construir un futuro más sostenible y próspero. Sin embargo, la ventana para actuar se está cerrando muy rápidamente».
Ante esta emergencia, los gobiernos están poniendo de su parte y adaptando sus legislaciones a una transición ecológica pronta y duradera. Asimismo, grupos ecologistas y otras organizaciones de la sociedad civil consideran poco ambiciosa dicha intención en el nivel de urgencia en el que nos encontramos.
La década presente (2020-2030), la década para la acción, necesita que Recuperemos la Tierra, el lema que en el Día Internacional de la Tierra ha sido elegido para algo más que motivar conciencias. Se trata de actuar de forma global e inminente. El imperativo plural no está elegido al azar, pues indica que previamente ha existido una o varias pérdidas y que se es consciente de las mismas.
La década presente (2020-2030), la década para la acción, necesita que Recuperemos la Tierra, el lema que en el Día Internacional de la Tierra ha sido elegido para algo más que motivar conciencias. Se trata de actuar de forma global e inminente.
ACTUAR PARA RECUPERAR
Con esta actitud se ha comprometido Unión Profesional a través de su Grupo de Trabajo ‘Acción Climática’, entre cuyos cometidos se encuentra visibilizar las prácticas que desde las profesiones colegiadas se llevan a cabo en este sentido, hacia la recuperación; y no cualquiera, sino la única posible, la recuperación sostenible, tal y como señala el manifiesto apoyado por Unión Profesional ‘Por una recuperación sostenible‘, siempre desde una óptica global y procurando, como apunta la Agenda 2030, no dejar a nadie atrás.
A la vez que en los parlamentos de los países de Occidente se están debatiendo leyes, pactos, planes y reglamentos, tanto a nivel nacional como internacional (europeo), el cambio climático se hace sentir especialmente en los lugares más desfavorecidos donde está arrasando con la vida humana: inundaciones, sequías, olas de calor y fuertes huracanes han obligado y obligan a los habitantes de estas zonas a emigrar y buscar refugio fuera de sus fronteras. También en tiempos de pandemia, en los que el clima ha golpeado, y sigue golpeando, tanto como la propagación del COVID-19. Ellos son los desplazados climáticos, protagonistas de obligadas migraciones que han de remediarse desde la acción global y urgente si no queremos ser testigos de la sexta extinción de nuestro planeta.
La recuperación verde es mucho más que un lema; es una estrategia internacional que organismos como la OCDE han puesto en marcha en el marco de la COVID-19. Tal y como nos exponen en su propuesta para pasar a la acción, «actuar hoy significa que tenemos las herramientas para mejorar la salud, el bienestar y la prosperidad global, así como el conocimiento y los recursos económicos. Es tiempo de enfocarlos en acciones de transformación que puedan contribuir a la sostenibilidad de nuestro planeta en el largo plazo».
Actuar significa que tenemos las herramientas para mejorar la salud, el bienestar y la prosperidad global, así como el conocimiento y los recursos económicos.