Entrevistamos a Victoria Ortega Benito, presidenta de Unión Profesional en el periodo 2018-2024. Recibe el reconocimiento presidencial por el 45 Aniversario de Unión Profesional de la mano de Tomás Cobo, actual presidente de la asociación.
¿Qué aportó a tu trayectoria profesional y personal, pues has sido la primera mujer en liderar Unión Profesional en sus 45 años de historia, la experiencia de hacerte cargo de su presidencia?
Para mi ha supuesto un orgullo presidir Unión Profesional. Y digo orgullo porque siempre he considerado que se trata de una asociación de gran trascendencia y enorme potencial de posibilidades de actuación, ya no solo para todas y cada una de las profesiones que la integran, sino también desde el punto de vista de la ciudadanía. Presidirla ha supuesto para mi una gran satisfacción desde el punto de vista profesional. En cuanto a ser la primera mujer, es fruto del avance en igualdad que también se ha dado en otras instituciones —creo que lo importante es que hoy se ve con naturalidad—, y que, desde luego, no sea la última.
¿Cómo valoras el potencial de una entidad que, ya en 1980, optó por la unión de perspectivas diversas y conocimientos complementarios?
Entiendo el potencial de Unión Profesional como algo extraordinario. Si partimos de un concepto de «Cultura Profesional», de un espacio común que, además, resulta transversal, y que surge como consecuencia de la unión de diversas disciplinas que desarrollamos los profesionales, creo que, desde ahí, tenemos un gran potencial a desarrollar. En primer lugar, ante la sociedad y como consecuencia de ese compromiso que tenemos permanente y que, de hecho, legitima nuestra propia existencia. Además, se puede adaptar a la totalidad de las realidades que van surgiendo en cada momento. Quiero decir con esto que, además de lo que es la dedicación propia de cada una de las profesiones, tenemos todo un campo amplio de actuación en las necesidades sociales. Hablo, por ejemplo, de la defensa del clima, del cuidado de las personas mayores, de la abolición de la violencia de género…
Pero, además de esta trascendencia en cuanto al compromiso con la sociedad en su conjunto, tenemos también el compromiso con nuestros profesionales. Estoy hablando de la formación. Concretamente, de la forma en que se concibe el aprendizaje permanente y su orientación, del Desarrollo Profesional Continuo y la Valoración Periódica Colegial. También de cómo podemos avanzar igualmente en la regulación de la proporcionalidad, desde la absoluta certeza de que la deontología, la adecuación de la actuación profesional a unas normas de conducta, es una exigencia social. Y debemos hablar, como no, de la importancia de las alianzas para un futuro sostenible y la exigencia de una transformación digital, de tanta actualidad en este momento. Las profesiones en su conjunto, unidas, actúan de forma que sean las personas quienes estén en el centro de la acción profesional, garantizando que nadie quede atrás. Todas estas funciones podemos desarrollarlas de una forma mucho más positiva desde la propia unión de las profesiones.
Durante tu mandato se impulsó la igualdad como perspectiva pertinente en el desarrollo de la labor profesional. ¿Hasta qué punto se ha avanzado en este terreno y cuáles serían los pasos siguientes a llevar a cabo en esta tarea que parece inalcanzable?
Me gustaría poner de manifiesto que, en el ámbito de la igualdad, se ha avanzado extraordinariamente. Vivimos en un país en el que la regulación legal de la igualdad es muy superior de lo que lo pueda ser en otros países. La necesidad de avanzar hoy en día queda en el logro de la igualdad real y efectiva.
Pienso que el ámbito de actuación se encuentra en este momento en dos facetas: primero, en incidir en aquellos ámbitos en que la igualdad ha de ser efectiva y todavía no lo es; léase, por ejemplo, el ámbito de los cuidados. Desde ahí resulta fundamental el desarrollo del concepto de corresponsabilidad. Cualquier tipo de desarrollo legislativo que avance, por ejemplo, en ámbitos de conciliación sin, paralelamente, avanzar en la exigencia de corresponsabilidad, lejos de beneficiar a la exigencia de igualdad, la está perjudicando. Entiendo, entonces, que hemos de tener muy claro ese concepto, tanto desde el ámbito de la formación, como desde el ámbito cultural y el ámbito legislativo, y no dejar de aspirar a ello.
En segundo lugar es importantísimo, según mi criterio, evitar cualquier tipo de regresión en el ámbito de igualdad; se lo debemos, fundamentalmente, a las generaciones futuras. Esto se puede conseguir de una forma significativa a través de la propia formación continua. Cierto es que tenemos todavía mucho por hacer, pero creo que podemos sentirnos orgullosos y orgullosas de todo lo que se ha avanzado hasta el momento.
¿Qué futuro le augura a una entidad como Unión Profesional?
Las posibilidades de Unión Profesional son extraordinarias. A día de hoy, tenemos claro el concepto de cultura profesional y tenemos clara la exigencia de actuar desde la unión, entendida como la comunión de esfuerzos desde la integración de las visiones, y desde el respeto a la diversidad. Conceptos que, sin duda, se irán ampliando y desarrollando por Unión Profesional con una función trascendente, tanto para la sociedad como para nuestros propios profesionales. Así os lo deseo.