La sociedad civil europea, en apoyo a los refugiados

Arno Metzler, presidente del Grupo Diversidad Europa del CESE   El Grupo de Diversidad Europa del Comité Económico y Social Europeo (CESE) habla en nombre de toda…

Arno Metzler, presidente del Grupo Diversidad Europa del CESE

 

El Grupo de Diversidad Europa del Comité Económico y Social Europeo (CESE) habla en nombre de toda la diversidad de la sociedad civil y las organizaciones europeas, por lo que nos sentimos interpelados por estos enfoques temáticos que no han sido tan populares en los últimos meses. Tal vez recuerden algunas fotos que hemos visto en las que la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, visitaba la frontera griega; después de ello llegó la crisis del COVID-19 y la pandemia y, desde entonces, únicamente hemos oído en las noticias de la tarde que unos pocos niños deberían ser trasladados desde las Islas Griegas. El pasado 20 de junio fue el Día Mundial de los Refugiados, una breve noticia para el cierre del noticiario de la tarde. 

Hay ochenta millones de refugiados en todo el mundo que viajan por el mundo; ochenta millones de personas que se han desplazado del lugar donde nacieron y quisieron vivir. En el último año hay que añadir a esta cifra diez millones más. Esto demuestra que, aunque en Europa estamos teniendo grandes discusiones al respecto, el mayor número de refugiados lo encontramos en otras partes del mundo y no aquí. Esto debería motivarnos, en el marco del Grupo Diversidad Europa del Comité Económico y Social Europeo (CESE), a pensar no solo en los problemas que tenemos en nuestro continente, sino incluso en repensar cómo podemos ayudar a otros continentes; cómo podemos contribuir a estructurar la política de otros lugares con el propósito de desarrollar esquemas capaces de atajar este aumento de los desplazamientos.

Ciertas personas en el mundo piensan que construir un muro y amenazar a la gente con dispararles si lo cruzan es una solución; pero, incluso con esas amenazas, la gente sigue entrando en los Estados Unidos, y sigue arriesgando sus vidas para convertirse en un empleado americano. Lo mismo ocurre en Europa: las amenazas que hemos construido en las fronteras de Libia, Líbano y otros países no impiden que la gente siga intentando entrar en el continente europeo. Esta situación sigue siendo catastrófica, y es por eso que hemos invitado a las organizaciones europeas a que se ocupen de los refugiados en sus países de origen; también a aquellas involucradas en el sistema de orientación para los refugiados.

Desde mi punto de vista, este es el mejor momento para reunir fuerzas y creatividad; reunir incluso algunos de los fondos del programa de recuperación post-coronavirus. Abordar la problemática de los refugiados y el no haber financiado adecuadamente estos sistemas podría ser uno de los puntos fuertes para hallar un uso práctico a gran parte de esos planes económicos por venir.


Tres líneas de trabajo

En esta contexto, propongo tres líneas a abordar para el futuro. La primera no es otra que mirarnos primero internamente y preguntarnos qué podemos hacer para facilitar un mejor acceso a los recursos que tenemos a nuestra disposición. Es importante ver cómo podemos aumentar resultados, mejorar la regulación del proceso de atención, así como la regulación que afecta a la aceptación de los solicitantes de asilo político, y garantizar que las estructuras funcionen lo mejor posible en la prestación del servicio por parte de las autoridades públicas y de la sociedad civil. En este sentido, un buen ejemplo de sociedad civil organizada lo encontramos en cómo la profesión jurídica se ha organizado para garantizar la asistencia a los refugiados tanto en las Islas Griegas como en España.

En segundo lugar, ha de quedar claro a todos aquellos que llegan a Europa que se le pide a cada persona que respete las normas y los valores comunes, porque faltar al respeto a las mujeres o a personas de otras religiones no es algo que se vaya a tolerar. Difundir esta postura con claridad es clave para evitar ejemplos negativos en cuanto a la integración.

Lo tercero es que debemos trabajar y seguir trabajando. Desde el CESE se está proporcionando información y dando consejos acertados. También se están elaborando propuestas sobre cómo podemos evitar en el futuro que las personas se vean en las circunstancias de tener que abandonar sus países por razones políticas, de necesidad vital o por circunstancias catastróficas en la vida pública.

 

Palabras de la apertura de Arno Metzler, Presidente del Grupo Diversidad Europa, para la Conferencia del Grupo Diversidad Europa titulada «Organizaciones de la sociedad civil que dan apoyo a refugiados e inmigrantes en Europa», celebrada el 22 de junio de 2020, en Bruselas.