El miércoles 20 de marzo, Unión Profesional y el Consejo General de la Abogacía celebraban el IV Encuentro de Mujeres Profesionales, que en esta ocasión estuvo dedicado a la igualdad de género y la acción climática.
La jornada estuvo inaugurada por Victoria Ortega, presidenta de ambas entidades, y Begoña Suárez, subdirectora General para el Emprendimiento, la Igualdad en la Empresa y la Negociación Colectiva del Instituto de las Mujeres, y siguiendo la tradición de encuentros precedentes, se desarrolló en dos partes: una conferencia que corrió a cargo de Dina Garzón, cofundadora y coordinadora de la Red Ecofeminista, y una mesa redonda que aunó diferentes perspectivas profesionales en torno a la igualdad de género en la acción climática.
PERSPECTIVA DE GÉNERO PARA LA ACCIÓN CLIMÁTICA
«Cuando ocurren desastres provocados por fenómenos climáticos, las mujeres ven aumentadas sus cargas, siendo responsables de la reconstrucción de sus hogares y comunidades». De esta manera se refirió Victoria Ortega a la necesidad de dedicar esta edición anual a la intersección entre la acción climática y la perspectiva de género: «No nos cansaremos de insistir: la perspectiva de género es la herramienta de análisis que todas las profesiones han de adoptar para hacer mejor su trabajo».
Por su parte, Begoña Suárez puso encima de la mesa los datos del estudio sobre percepción de la crisis climática que el Instituto de las Mujeres llevó a cabo el año pasado, y que recogía la diferente perspectiva y compromiso de hombres y mujeres con respecto al cambio climático: «Los datos nos revelaron que existía mayor sensibilidad en el caso de las mujeres por cuidar del planeta, 13 puntos por encima que los hombres. Son las mujeres quienes realizan con mayor frecuencia actuaciones relativas a la mitigación del cambio climático, especialmente en el ámbito doméstico». Suárez también recordó en su intervención la interconexión de los dos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas: el referido a la Igualdad de género (ODS 5) y el relativo a la acción climática (ODS 13), por lo que recomendó «procurar sinergias que vinculen ambos ODS de la Agenda 2030».
HACIA UN FUTURO EN IGUALDAD
La experta en ecofeminismo, Dina Garzón, repasó la trayectoria histórica y social de esta teoría política que sitúo en un punto de encuentro indiscutible con la naturaleza: «la necesidad de dominarla desde el punto de vista antropocéntrico». Calificando la situación de crisis climática en la que nos encontramos como «crisis ecosocial», recomendó reflexionar sobre la relación de ecodependencia que la humanidad posee con la naturaleza y avanzar hacia la construcción de una gobernanza capaz de imaginar y concretar una nueva relación entre todas las partes que permita la aproximación urgente a escenarios más deseables.
«El ecofeminismo que nace del encuentro, en la década de los setenta, del movimiento feminista y el movimiento ecologista es pensamiento crítico que se encamina a un futuro que debe ser vivido». Ambas perspectivas no solo ofrecen alternativas, sino que plantean la redefinición del ser humano y su relación con nuestro planeta. En esta línea, Garzón subrayó la necesidad de ampliar los cuidados, considerando otros sujetos de manera ética y sobre todo, moral. Partidaria de un pacto de ayuda mutua, abogó por un decrecimiento planificado, recuperar ecosistemas y sobre todo, una actuación urgente por un «futuro en igualdad y digno de ser vivido».
PROFESIONALES, IGUALDAD DE GÉNERO Y ACCIÓN CLIMÁTICA
La segunda parte del IV Encuentro de Mujeres Profesionales contó con una mesa redonda moderada por Alicia Torrego, directora de la Fundación Conama, quien dinamizó el diálogo entre las ponentes en torno al rol de las profesiones colegiadas en la transición ecológica y el papel de las mujeres en esta importante materia.
La directora general del Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente, Ana Barreira, se centró en el papel del derecho para hacer frente a la degradación del planeta, poniendo de relieve que «el derecho siempre va por delante», a la vez que reclamó una equidad inter e intrageneracional, «lo que sin duda se conseguirá a través de mecanismos jurídicos».
Para la vicepresidenta del Colegio de Geólogos, Nieves Sánchez, «encontrándonos ante el mayor reto de la humanidad, el gran éxito será como lo ha sido a lo largo de los tiempos, la prevención». Sánchez apeló a la cultura de la seguridad, de cuya promoción se deducen sociedades más maduras y resilientes, conscientes de lo colectivo, y un compromiso ambiental por parte de las profesiones colegiadas que ya se está llevando a cabo: «la inserción de la ética ambiental en los códigos deontológicos es el camino a seguir, teniendo presente la igualdad como elemento clave».
Maribel Santos, vocal de la zona de Madrid del Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas, reflexionó sobre el papel contradictorio de la ingeniería con respecto al daño que se le está causando al planeta: siendo responsable en gran parte de ese daño ambiental, la llamada «ingeniería restaurativa» trabaja desde el compromiso con el medio ambiente, tanto en la mitigación de los efectos del cambio climático como en la adaptación de la sociedad a los efectos del mismo. Para que el proceso de mitigación sea satisfactorio, Santos recomendó la reducción de las diferentes brechas: «digital, género y climática».
Finalmente, Rosa Arroyo, vicepresidenta segunda del Consejo General de Colegios de Médicos, puso de manifiesto la desigualdad existente a la hora de abordar las enfermedades, también las producidas por el cambio climático, entre mujeres y hombres. Desde esa perspectiva de género, planteó la necesidad de no solo centrar esfuerzos en el mundo occidental, sino comprometernos más allá de nuestras fronteras y contribuir al «refuerzo de sus sistemas de salud» y a la educación en salud de sus mujeres.
La jornada fue clausurada por Emiliana Vicente, presidenta del Consejo General de Trabajo Social y tesorera de Unión Profesional, quien consideró imprescindible apelar a la acción feminista y ecologista para que «podamos pasar de contar sucesos a enumerar resultados; hemos de dejar de lamentar el número de víctimas y prevenir que lo sean. En definitiva, hemos de hacer todo lo que esté en nuestras manos para trascender la parálisis y sumar acciones».