El tiempo en la postpandemia: ¿Realmente quieren los gobiernos que la ciudadanía tengan horarios racionales?

 José Luis Casero, presidente de ARHOE Desde ARHOE llevamos 15 años señalando que la clave para poder favorecer unos horarios racionales y por ende, la conciliación…

 José Luis Casero, presidente de ARHOE

Desde ARHOE llevamos 15 años señalando que la clave para poder favorecer unos horarios racionales y por ende, la conciliación es la flexibilidad y abordar de manera definitiva un pacto de Estado sobre la materia.

La verdad es que el tema no es sencillo ni se puede reducir de manera simple a lo bueno que es la flexibilidad, la conciliación, los horarios racionales, el teletrabajo etc…Que tiene muchas ventajas, ya lo sabemos casi todos. Sin embargo, no podemos obviar a la hora de tomar un posición, todas las singularidades personales, familiares y profesionales que tenemos cada uno de nosotros y que hacen difícil, que no imposible, establecer una “norma” única para todas las situaciones. Lo que puede ser bueno para mi, puede que no lo sea tanto para Ud. El reconocimiento y respeto a la diferencia del otro es clave para una sociedad libre e igualitaria.

Si hay algo en lo que todos coincidimos es que todos somos personas, hombres y mujeres. El resto de circunstancias es variable, desde la propia familia (ascendente o descendentes), trabajo o no, autónomos o no, también los profesionales (lo se por experiencia de mas de 15 años) …

Y además, todos tenemos el mismo tiempo (1440 minutos días, pero incluso en esto hay variaciones),  aunque algunos compren tiempo a otros para hacer cosas y cumplir objetivos y ciertas empresas aun parecen “comprar” tiempo de estar de empleados y no de cumplimiento de objetivos. El presentismo es una lacra para las personas y las empresas y responde a diversas causas (cultura, costumbre, miedo…).

 

DURANTE LA PANDEMIA

Pero todo cambió en marzo del 2020. Se ha reescrito el modelo de forma imprevista (forzosa) y nuestras vidas han cambiado drásticamente como consecuencia de la pandemia sanitaria sufrida y otras derivadas como son la globalización de la economía, los cambios en la tecnología y comunicación, las crisis económicas/empleo y los cambios de las exigencias de las personas.

El confinamiento y la implantación del teletrabajo total ha generado además de tecnoestrés, un nuevo modo de presentismo on line, como persona permanentemente enganchada a los dispositivos tecnológicos —al fin y al cabo, me decían …tampoco hay otra cosa que hacer…que triste ¿no?—. Y en el fondo late, tanto para los presentistas on line y off line, una carencia absoluta de  formación (y aplicación) en la gestión del tiempo y técnicas y herramientas que nos permiten ser mas eficaces, productivos y… felices.

No nos engañemos, antes la situación no era idílica, todo lo contrario. Una implantación por ej. del teletrabajo que no alcanzaba ni al 4% de empresas y me refiero a algún día de teletrabajo. Y fuera del entorno laboral la situación era mas clara aun. Según el informe de la evaluación de implantación de equilibrio de la vida profesional y personal en las empresas de la Comunidad de Madrid, antes de la pandemia, el 94% de las mujeres afirman usar la flexibilidad para el cuidado de dependientes y responsabilidades en el hogar. Y el  89% de los hombres lo hace para deporte, estudios o gestiones. Como ven una situación intolerable de desigualdad en el uso del tiempo fuera del trabajo.

¿Y qué pasó durante la pandemia? Además de implantarse un “teletrabajo forzoso y no planificado” —y no regulado—, por lo que eso no es teletrabajo, nos encontramos en casa, con niños en muchos casos, y sin una adecuación de nuestro entorno a las nuevas tecnologías.

 

DATOS QUE CONCIENCIAN

Según la encuesta realizada por ARHOE durante este ultimo año, el confinamiento del trabajo en los hogares ha supuesto un cambio en las rutinas que ha afectado más a las mujeres (60,7%) que a los hombres (34,78%). Las mujeres piden al Gobierno y a las empresas, educar para la igualdad y la corresponsabilidad, ayudas económicas para el cuidado, reducción de la jornada de trabajo durante las vacaciones escolares y salidas por emergencias. Los hombres abogan por la desconexión digital o la reducción del tiempo de comida. Resulta también curioso como unas miran por el trabajo y la familia y otros, sólo por el trabajo.

Perdonen la sucesión datos, pero es la única forma de tener conciencia de la realidad para tras análisis y estudio, ser capaces de tomar una decisión coherente. Una encuesta que realizamos con CSIF este año 2021 entre casi 5.000 personas, revelaba que el 72% de los encuestados advertían sobre la falta de corresponsabilidad y que las mujeres teletrabajan el doble para atender a menores  y dependientes. O que el 90% de los encuestados apuestan por el teletrabajo —el real, el parcial y no el total/obligado— como vía para conciliar aunque advierten de sus múltiples carencias y reclaman actuaciones adaptadas a cada centro.

Y que el 63% de los encuestados creen que las personas encargadas de gestionar los equipos no están aun preparadas para afrontar esta nueva organización del trabajo y que necesitan una formación especifica. La empresa flexible, el liderazgo flexible, exige no solo voluntad sino inversión.

 

No, desgraciadamente no somos una sociedad igualitaria, quedan muchas tareas pendientes por hacer en un tema que no es tan sencillo, pero que por dignidad hacia las nuevas generaciones se tiene que abordar de manera real con un Pacto de Estado y medidas concretas.

 

En cualquier caso, dotar de carga ideológica al debate es un grandísimo error, al igual que hacer afirmaciones tajantes solo a la vista de nuestra situación personal. Sobre todo porque afecta a derechos fundamentales como la conciliación y corresponsabilidad, aunque esta última debería verse más como una obligación fundamental de los varones. O este dato, que es de a última Encuesta de Población Activa (EPA), casi 600.000 mujeres no buscan empleo por estar dedicadas a tareas de cuidados; 150.000 más que cuando comenzó la pandemia.

No, desgraciadamente no somos una sociedad igualitaria, quedan muchas tareas pendientes por hacer en un tema que no es tan sencillo, pero que, por dignidad hacia las nuevas generaciones, se tiene que abordar de manera real con un Pacto de Estado y medidas concretas, y no con anuncios populistas sobre semana laboral de cuatro días sin abordar antes los problemas reales que tiene la ciudadanía. Nosotros en ARHOE así lo planteamos y en nuestra web www.horariosenespana.com pueden encontrarse cincuenta medidas. Nos lo debemos como sociedad y sobre todo se lo debemos a las generaciones futuras.