Una introducción. Por Jordi Ludevid i Anglada
Apertura
Las profesiones europeas necesitan hoy un gran debate y un enorme esfuerzo de regeneración, al servicio de las nuevas necesidades, personales y colectivas. La sociedad digital, la economía global y los nuevos/viejos derechos ciudadanos están, por supuesto, en la base de estos cambios. Es por este motivo que Unión Profesional, nacida hoy hace treinta y siete años, promueve para este años que empieza el I Congreso Nacional de Profesiones, que nace con voluntad de ser una instancia permanente de reflexión y de propuestas y con vocación de convertirse en una referencia eficaz al servicio de esta adaptación.
Historia reciente
El agrupamiento asociativo de las profesiones colegiadas surge en España con la creación de Unión Profesional en 1980, justo después de la constitucionalización de esta categoría social que la Constitucion de 1978 plasma en su artículo 36, recogiendo así el binomio formado por las profesiones tituladas y los Colegios Profesionales. De hecho, toda profesión con relevancia social y prestigio tiene detrás un Colegio Profesional consolidado. Porque, en efecto, el ejercicio profesional en materias sensibles se garantiza bajo la ordenación y control de un Colegio Profesional, a partir de su propio código deontológico y de un programa específico de formación continua.
En este período de treinta y siete años, la planta de las profesiones colegiadas ha experimentado una enorme expansión y dispersión, acompañada también, hay que decirlo, de alguna confusión y olvido, de su misión esencial. Una desviación que, en un marco influido por dinámicas meramente económicas, podría eclipsar la razón de ser y la esencia de las profesiones: un compromiso especial auto exigido, con la ética social, con el conocimiento experto y con la independencia de criterio y la toma de decisiones.
Las profesiones colegiadas como concepto subsumido en el europeo de profesiones liberales conforman hoy una categoría social reconocida que es, a su vez, consecuencia de una evolución histórica secular, que alcanzó su estatus en el Tratado de Roma y que ha sido plasmado en diferentes normas y costumbres de los distintos países europeos, y en España, como decía, en la Constitución de 1978. El contexto, en un cambio de época, se ha modificado de forma notable. Y aunque el debate mediático sobre la liberalización de los servicios profesionales parece ocupar todo el espacio, la reflexión va mucho más allá y debería ser mucho más profunda.
I Congreso Nacional de Profesiones
Treinta y siete años después, y con la consiguiente madurez adquirida, el subsector de servicios profesionales se plantea el I Congreso Nacional de las Profesiones como una herramienta de reflexión, de autoexigencia y de reivindicación. Unión Profesional viene analizando desde hace tiempo los principales factores que concurren e inciden en la vida de las profesiones —factores sociales, económicos y políticos— así como también su dimensión estatal y europea. El encuentro se propone con el objetivo primordial de compartir, analizar, valorar y comunicar lo que es común y esencial al ejercicio profesional, yendo a las raíces: o sea, al interés general, público y social, y a las garantías que la buena práctica profesional pueda proporcionar a los ciudadanos, a las empresas y entidades, en un estado de derecho moderno y en una sociedad abierta.
La cuestión esencial hoy en Europa apunta a preguntarse sobre el papel, la misión y el sentido de las profesiones redefiniendo su verdadera naturaleza. Efectivamente, las profesiones prestan servicios, pero no son solo servicios. El acto profesional, como concepto, no es un acto administrativo, ni un acto de comercio. Y resulta conveniente distinguir entre un técnico/experto y un profesional. Son conceptos distintos. Como imprescindible resulta también repensar las cosas en una sociedad digital y global, con menor necesidad de intermediación clásica y mucha mayor necesidad de conocimiento e interpretación cabal, con mayor rigor ético en las relaciones.
Unión Profesional ha diseñado este primer encuentro de las profesiones con la premisa histórica fundamental según la cual la sociedad europea se ha sustentado, hasta hoy, entre otras cosas, en los valores y en la significativa aportación socioeconómica de las profesiones, ordenadas por los Colegios Profesionales, que, además en España, ostentan funciones públicas atribuidas por la ley. En el contexto actual, creemos que el conjunto de las profesiones españolas está llamado a interrogarse —con confianza y autoestima, también con sinceridad— sobre su propia coherencia interna y sobre las posibles distorsiones que las nuevas circunstancias hayan podido introducir en su crecimiento y su funcionamiento.
Epílogo
Sin confianza, ni la sociedad ni el mercado pueden funcionar; confianza sustentada en la existencia de valores compartidos, así como en el compromiso por crear y mantener información y conocimiento. Podemos decir que el mercado se colapsa sin un nivel de confianza suficiente. Tampoco se genera en él suficiente productividad sin un conocimiento experto permanentemente actualizado. Es decir, sociedad y mercado fracasarían si no pudieran existir decisiones personales y profesionales independientes, limpias, tomadas al amparo de ambos filtros, el ético y el del conocimiento, asumiendo las consecuentes responsabilidades. Una independencia de criterio que se proclama esencial, sobre todo hoy, como una nueva dimensión del apoderamiento social y ciudadano en una democracia renovada. En suma, tanto la sociedad como el mercado se colapsan ante la ausencia de valores y de resultados tangibles.
Las profesiones europeas necesitan de un gran debate, así como de un esfuerzo de regeneración al servicio de nuevas y antiguas necesidades personales y colectivas. La sociedad digital, la economía global y los nuevos/viejos derechos ciudadanos están, por supuesto, en la base de estos cambios. Por ello, Unión Profesional, nacida hoy hace treinta y siete años, promueve para este año 2018 que comienza, el I Congreso Nacional de Profesiones que, como instancia permanente de reflexión y de propuestas, tiene la vocación de convertirse en una herramienta eficaz al servicio de esta necesaria transformación.
Jordi Ludevid, presidente de Unión Profesional, vicepresidente de CEPLIS y vicepresidente de UMPL