Seguir el itinerario sostenible propuesto por la COP25, indispensable en tiempos de COVID-19
La entrada en la nueva década ha supuesto un antes y un después para los gobiernos y las corporaciones internacionales pero también para la ciudadanía. La llegada del COVID-19 ha revolucionado comportamientos, hábitos y prioridades, haciendo hincapié en nuestra vulnerabilidad como sociedad y también en la interdependencia que mantenemos no solo entre los seres humanos sino y, sobre todo, con la naturaleza. La recuperación que ahora se pretende tanto desde la Unión Europea como desde cada uno de los estados miembros pasa por abordar, de una vez por todas, la emergencia climática.
Un desafío que, tal y como recoge el Pacto Verde de la Unión Europea (Green New Deal), es doble: «Transformación verde y digital», prestando cuidadosa atención a los posibles compromisos entre «los objetivos económicos, ambientales y sociales», con una recomendación para el mundo profesional en lo que respecta a la formación, pues «el reciclaje profesional y la mejora de las competencias son necesarias para extraer los beneficios de la transición ecológica».
La comunicación que contiene este Pacto incluye una serie de acciones que deberán llevarse a cabo durante este año, tales como la iniciativa ‘De la granja a la mesa‘ o la Estrategia de la UE sobre Biodiversidad para 2030, ambas aprobadas recientemente.
Sociedades climáticamente neutras antes del 2050
Para conseguir el objetivo principal marcado por el Pacto Verde de la Unión Europea, esto es, que las economías y sociedades europeas sean climáticamente neutras antes del 2050, la Comisión Europea lanzó a principios del 2020 una propuesta de Ley Europea del Clima. Mediante esta futura norma, «las instituciones de la UE y los Estados miembros están obligados a adoptar las medidas necesarias a nivel nacional y de la UE para alcanzar el objetivo, teniendo en cuenta la importancia del fomento de la equidad y la solidaridad entre los Estados miembros».
España, como estado miembro, necesita cumplir con este compromiso, por lo que el 19 de mayo envió al Congreso de los Diputados el proyecto de Ley de cambio climático y transición energética, para alcanzar la neutralidad de emisiones antes del año 2050. Lo idóneo es, como recomiendan desde organizaciones ecologistas, que esta tramitación parlamentaria sea constructiva y que mejore en términos de ambición.
Una propuesta país, tal y como se define desde el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, «basada en principios de desarrollo sostenible, justicia social, resiliencia, precaución y no regresión de los avances logrados, protección y promoción de la salud pública, mejora de la competitividad y cooperación entre las Administraciones».
Entre los puntos más destacados, se menciona la intención de crear un comité de expertos de cambio climático y transición ecológica, construir un país más seguro y biodiverso y reforzar la gobernanza climática.
Conama 2020, «más necesario que nunca»
La voluntad tanto europea como española de abordar una cuádruple crisis (sanitaria, económica, social y medioambiental) de manera sostenible es la línea que la Fundación Conama ha adoptado para «reconectar» con la celebración de la quinceava edición del Congreso Nacional de Medio Ambiente, previsto, si las circunstancias acompañan, para la semana del 23 al 26 de noviembre del 2020.
«En este contexto, y después de consultar con los actores clave del Congreso Nacional del Medio Ambiente, pensamos que Conama 2020 es más necesario que nunca. Estamos convencidos de que la colaboración y el intercambio de conocimiento, las dos grandes especialidades de Conama, son muy útiles para ayudar a definir los próximos pasos de la mano de gobiernos (incluyendo los locales), centros de investigación, universidades, empresas, organizaciones sociales y ambientales», considera Alicia Torrego, directora de la Fundación Conama.
Precisamente, Torrego estuvo presente en el Congreso UP 20+20, ‘Profesiones por un mundo en cambio’ alentando a las profesiones colegiadas a pasar de una vez por todas a la acción en cuestiones climáticas. Como bien apuntó, Unión Profesional tiene «una posición privilegiada» para inspirar a las profesiones de «un nuevo relato, una nueva visión transversal y conectada que ayude a afrontar este desafío».
Para la directora de la fundación encargada de organizar de manera bienal el Congreso Nacional del Medio Ambiente, el actual es un momento crucial, marcado por la llegada de la pandemia del COVID-19, por lo que «necesitamos cuidar lo ambiental para sostener lo humano».