El Comité Económico y Social Europeo (CESE) adoptó el pasado 18 de septiembre en sesión plenaria un dictamen de iniciativa sobre las interdependencias entre la inteligencia artificial (IA) y los servicios de las profesiones liberales.
El dictamen, que puede descargase en español, se funda en el principio básico de relación de las profesiones con la defensa y preservación de los derechos fundamentales. Como garantes del ecosistema social (vida, salud, justicia, seguridad, propiedad), gozan de una confianza elevada por parte de la sociedad, razón por la cual la introducción de la Inteligencia Artificial (IA) debe realizarse sin socavar los principios básicos de autonomía profesional, responsabilidad personal y secreto profesional.
El texto reconoce el potencial de la IA para mejorar la eficiencia, automatizar tareas repetitivas y ampliar el acceso a servicios, como la telemedicina, la traducción o la auditoría de datos. A su vez, advierte de riesgos, como la pérdida de confianza, algoritmos opacos, sesgos, problemas de responsabilidad, dependencia de plataformas tecnológicas y amenazas a la confidencialidad.
Por ello, el CESE pide una integración responsable de la IA, con marcos éticos y jurídicos claros, una inversión en infraestructuras europeas seguras, programas de formación continua y un diálogo social que defina qué tareas deben mantenerse bajo el control humano.
El ponente del dictamen ha sido Rudolf Kolbe, presidente de Honor del Consejo Europeo de Profesiones Liberales (CESE) y vicepresidente del Grupo III del CESE, que abarca las organizaciones de la sociedad civil.
Entre otras cuestiones, a través de este texto el Comité Económico y Social Europeo:
- Subraya que la IA debe ser una herramienta complementaria, no sustitutiva, manteniendo el control humano en áreas sensibles como salud, derecho o fiscalidad, para preservar la autonomía profesional y la rendición de cuentas.
- Destaca que la tecnología puede aligerar la carga administrativa y las tareas rutinarias, permitiendo a los profesionales centrarse en servicios de mayor valor añadido y más centrados en la persona, lo que mejora tanto la eficiencia como la calidad del servicio.
- Insiste en que deben aplicarse estándares éticos y profesionales en el uso de la IA, garantizando transparencia, evitando sesgos y discriminaciones, y respetando la privacidad, la protección de datos y los derechos de propiedad intelectual.
- Señala que se requiere formación continua y actualización de los estándares profesionales, con comités de ética y estructuras de gobernanza inclusivas vinculadas a la práctica. El diálogo social y la participación de los trabajadores son clave para decidir qué tareas pueden delegarse a las máquinas y cuáles deben seguir siendo humanas.
- Considera que la confianza pública exige un ciclo de desarrollo responsable de la IA, que asegure equidad, responsabilidad y fiabilidad, acompañado de una regulación que clarifique responsabilidades, fomente la innovación y proteja el interés general.