La presidenta de Unión Profesional es entrevistada para el Newsletter del Banco Sabadell
Háblenos un poco de su trayectoria profesional
Desde muy joven, y probablemente por mi carácter, estuvo en mi latente la idea de dedicarme a una profesión estrechamente ligada a la vida cotidiana de las personas. Opté por el Derecho y por la Abogacía pues en la resolución de conflictos y en la idea de contribuir a la justicia veía una manera de asistir y, a la vez, de aportar a un bien mayor. Un espíritu, el de la contribución a un interés general, que comparten todas las profesiones.
Estudié Derecho en la Facultad de Valladolid, donde me doctoré. El ejercicio profesional en la Abogacía lo inicié en Santander y he seguido allí hasta ahora. En lo que respecta a la docencia, comencé a dar clases de Derecho Procesal como profesora asociada en la Facultad de la Universidad de Valladolid, como interina en la de Burgos y ya como titular en la Universidad de Cantabria. Disfruto especialmente de dar clases en la universidad, por el contacto con las nuevas generaciones y porque te hace estar al día en todo. No te permiten acomodarte, sino que te ponen retos constantemente, lo que es imprescindible para poder innovar y hacerlo lo mejor posible.
En lo que respecta al ámbito institucional, comencé mi trayectoria en el Colegio de Abogados de Cantabria, donde estuve como decana durante ocho años. Después fui vicepresidenta y secretaria general del Consejo General de la Abogacía antes de acceder a su presidencia. El tiempo que estuve como decana en el Colegio de Cantabria también fui presidenta de su Unión Profesional, un período en el que comprendí la importancia que tienen las profesiones, en su conjunto, para la ciudadanía y la importancia de llevar a cabo un proyecto común atendiendo a su diversidad.
La misión de Unión Profesional, fruto del compromiso de las profesiones que la componen, se centra en promover la cultura y los valores profesionales, siendo nuestros principales ejes de trabajo la divulgación de conceptos clave como el acto profesional, la función deontológica, la formación continua y el desarrollo profesional
¿Podría comentarnos sobre la misión de Unión Profesional? ¿Qué le animó a participar en ella?
Unión Profesional es una organización que agrupa a treinta y cuatro profesiones estructuradas en sus respectivos Consejos Generales y Colegios Profesionales nacionales, vinculadas a los ámbitos de la sanidad, la ingeniería, la arquitectura, el derecho, la economía, lo social, lo científico y la docencia. Juntos, aglutinan a cerca de mil colegios profesionales y millón y medio de profesionales liberales en todo el territorio español.
Hablamos de un subsector, el de los servicios profesionales, que genera más del 10% del Valor Añadido Bruto de la economía española, lo que implica, como es lógico, una responsabilidad. Es por es que la misión de Unión Profesional, fruto del compromiso de las profesiones que la componen, se centra en promover la cultura y los valores profesionales, siendo nuestros principales ejes de trabajo la divulgación de conceptos clave como el acto profesional, la función deontológica, la formación continua y el desarrollo profesional.
Me gusta ver Unión Profesional como un multiplicador de perspectivas. Cuando las diferentes profesiones se unen y comparten saberes, la visión holística sale reforzada. También entiendo que se potencian y visibilizan ámbitos como el jurídico en un sentido horizontal, pues este tiene una intervención transversal en todas las profesiones. Pero, sin duda, lo que me animó en su momento a presidir la intercolegial cántabra, primero, y Unión Profesional ahora es todo el ámbito de actuación común que las profesiones comparten. Es un reto que estoy encantada de poder abordar.
Usted ya era Presidenta del Consejo General de la Abogacía, por tanto con una clara formación jurídica. ¿El perfil profesional de cada uno influye a la hora de encarar los temas? ¿Cómo se consigue la armonización entre las distintas profesiones?
Sin duda. Hablaba de Unión Profesional como multiplicador de perspectivas precisamente porque creo que la diversidad de los perfiles profesionales que la componen es uno de sus grandes valores; insistiendo, también, en que hay profesiones que tienen un carácter más transversal que otras, y que permiten, como comentaba, conocer aspectos de las demás desde un determinado ámbito.
Decía recientemente el ensayista y filósofo Daniel Innerarity que cada profesión ha de desarrollar capacidades para verse en el conjunto y en compañía de otras profesiones, y me parece una idea bastante precisa de lo que intentamos hacer en Unión Profesional. La armonización es sencilla en tanto en cuanto no se incide en los temas que separan sino en aquellos que crean comunidad.
Y es que, son tantos los temas que unen que, con dedicarnos tan solo a desarrollar aquellos que nos son fructíferos, el trabajo que tenemos por delante es poco menos que inmenso.
Seguimos desarrollando el potencial común de las organizaciones profesionales con el propósito de favorecer y facilitar toda actuación destinada a preservar el interés general y los derechos de la ciudadanía
Son muchos los sectores que han quedado gravemente dañados, por esta situación. ¿Cómo se ha abordado esta cuestión desde Unión Profesional? ¿En qué están trabajando?
Desde el primer momento, Unión Profesional ha trasladado a las autoridades de nuestro país la disponibilidad de la red de colegios profesionales para ponerse a disposición de los poderes públicos y colaborar con ellos de la manera más coordinada y efectiva posible. Asimismo, se ha solicitado la adopción de medidas económicas especiales que permitan compensar y sostener en el tiempo tanto el desempeño de las actividades profesionales como las funciones institucionales de las corporaciones colegiales.
En el ámbito más estratégico, estamos trabajando prospectivamente con el ánimo de poder trasladar a la ciudadanía confianza profesional de cara a futuras contingencias relacionadas con la pandemia. Para ello, seguimos desarrollando el potencial común de las organizaciones profesionales con el propósito de favorecer y facilitar toda actuación destinada a preservar el interés general y los derechos de la ciudadanía.
¿Qué consejos le daría a la gente para poder hacer frente al nuevo escenario socioeconómico?
Es una pregunta complicada. Parece que en este momento lo primero que necesitamos es dar una solución al tema sanitario. La primera exigencia, en el nivel que nos ocupa, es la conjunción de responsabilidad personal y responsabilidad pública, colectiva; que seamos capaces cada uno desde nuestra esfera, y en colectivo, de superar el trance sanitario.
A partir de ahí, deberíamos analizar qué necesidades en el largo plazo se han de abordar porque estamos hablando de la sostenibilidad de la vida a un nivel global. El rector de la Universidad de Cantabria denunciaba, recientemente, la falta de inversión en ciencia e investigación, y recordaba que los países son prósperos porque invierten en investigación. Desde la perspectiva de la reconstrucción económica y social, creo que esta es una cuestión fundamental.
Luego está el margen de confianza y seguridad económica que se ha de tener que garantizar para que todos individualmente y la sociedad en su conjunto podamos seguir viviendo dignamente, así como superar el miedo y restablecer la normalidad en las relaciones personales, que han salido bastante tocadas de esta pandemia. No hay que olvidar que somos mediterráneos y que reside en nuestro carácter el estar en contacto con nuestros semejantes, algo que estamos echando mucho en falta.
Los Consejos Generales y los Colegios Profesionales atendemos al interés general. Es por esto que trabajamos nuestro poder de influencia desde la comunicación y las relaciones institucionales. La aspiración con los poderes públicos no ha de ser tanto que nos escuchen como que se nos pregunte.
Usted es la primera Presidenta de la Unión Profesional. ¿Ser la primera mujer ejerciendo un cargo de tanta responsabilidad en esta prestigiosa institución es una responsabilidad o un estímulo para usted?
La mayor responsabilidad y el mayor estímulo será no ser la última. Pero, sí, la ilusión con la que afronto esta presidencia es enorme, sin duda, muy parecida a la que sentí cuando fui elegida presidenta del Consejo General de la Abogacía. Creo importante poder establecer una continuidad en la representación y contribuir a la normalización de mujeres y hombres en puestos de responsabilidad, y que ello siempre sea en clave de meritocracia, atendiendo también a las políticas de corresponsabilidad, por ejemplo, para que todos y todas puedan tener oportunidad.
¿Cómo cree que debe ser la relación entre las entidades financieras y los colectivos profesionales? ¿Qué espera un profesional de su banco?
Creo que las entidades financieras tienen que entender la esencia de las profesiones, su compromiso con el interés general, así como las necesidades de las personas que las forman y ofrecer productos adecuados a esas necesidades profesionales, que pueden diferir dependiendo del ámbito y el sector. Como en otras esferas de la sociedad, todo profesional espera de su banco que le escuche, y que le asista.
¿Cómo ejercen los Colegios Profesionales influencia a la hora de legislar o de tomar decisiones? ¿Qué canales emplean?
En contextos de cambio como el actual vemos más que necesario el poder garantizar la más amplia interlocución de los poderes públicos con las organizaciones colegiales pues son agentes sociales, y la colaboración recíproca de éstas con las administraciones debería estar más desarrollada. No hay que olvidar que los Consejos Generales y los Colegios Profesionales atendemos al interés general. Es por esto que trabajamos nuestro poder de influencia desde la comunicación y las relaciones institucionales. La aspiración con los poderes públicos no ha de ser tanto que nos escuchen como que se nos pregunte.
Acceder a la entrevista publicada en el Newsletter de septiembre del Banco Sabadell