Artículo inaugural de la serie publicada en Profesiones dedicada a la seguridad en las profesiones.
Quizá es la seguridad uno de los conceptos más presentes en la sociedad como aparece ya en los datos históricos más remotos. Hoy la seguridad invade toda nuestra propia vida, produciéndose una verdadera competición para garantizarla en todos los órdenes, pero por su propia naturaleza, la seguridad no se puede plantear en términos absolutos y por ello tenemos que ponerla en relación con los distintos intereses en juego, y recurrir a los índices de seguridad con la aspiración de que sean los más altos. Ante un mundo inseguro hemos de plantearnos qué factores hacen que la seguridad en cada situación sea tan alta como para producir confianza. En cada época las personas y las sociedades se han acostumbrado a convivir con la seguridad que en su momento se podía alcanzar. Nuevos ámbitos de seguridad han venido produciéndose como la seguridad vial, la seguridad aérea, la seguridad alimentaria, la ciberseguridad, etc. Surgen en torno a todo ello los factores o componentes que concurren en toda situación que contribuyen a la seguridad. Estos se analizan, evalúan, y calculan con gran profusión para ofrecer las cotas más altas y así llegar a producir escenarios calificados de seguros.
Aseguramiento
Parejo a ello surge, desde hace tiempo, el aseguramiento de hechos que se pueden llegar a producir a fin de que sus efectos negativos, de alguna forma posibles e incluso evitables, no afecten a personas o cosas más allá de lo irremediable. Se plantean así dos tipos de previsiones, las que actúan ex ante de forma preventiva, teniendo en cuenta todas las posibilidades e introduciendo factores para que el efecto nocivo no se produzca, y las que actúan ex post, de forma que ponen remedio a ese mal que ha ocurrido y que por su imprevisibilidad no ha podido evitarse, apareciendo el concepto de siniestro. Si entramos en los factores que intervienen en la consecución de los resortes para la seguridad ex ante nos encontramos con el control de acciones o fenómenos que son susceptibles de ser analizados.
En las profesiones colegiadas
En el campo del ejercicio de las profesiones tituladas y colegiadas -colegiación que es garantía de la buena práctica-, y su control, nos encontramos con que la gran mayoría de los elementos de la seguridad que nuestras sociedades demandan residen en estas profesiones cualificadas, cuya actuación es determinante para alcanzar esas cotas de seguridad deseables y a las que la ciudadanía tiene derecho y exige, siendo uno de los parámetros de avance de las sociedades y estados. Con ello entramos en los requerimientos que razonablemente se han de cumplir por los profesionales que tienen básicamente tres vertientes: La formación técnico-científica más adecuada, el control de su comportamiento en la práctica profesional, y la aptitud psicosocial.
Estos tres aspectos confluyen en la ética exigible específicamente para cada profesión que se plasma en la deontología profesional recogida en los códigos deontológicos. Si bien, siendo el adecuado nivel de formación un elemento con vertiente deontológica, y el comportamiento, que incluye la puesta a disposición del cliente de todos los medios disponibles para la mejor prestación del servicio, que son dos características tasables y reconocibles, nos encontramos con que la tercera, la aptitud psicosocial, puede escapar de la consciencia del propio profesional y su colegio al ser por su propia naturaleza un factor que puede escapar a un control estándar y además, se encuentra en la intimidad del individuo.
Sin embargo, en los últimos tiempos vemos como particularmente algunas profesiones asistenciales cuyo ejercicio entraña un riesgo para la población, han desarrollado sistemas encaminados a controlar el comportamiento psíquico de sus profesionales aplicando medidas para remediar trastornos e incluso apartar a profesionales que están causando con sus circunstancias personales un riesgo reconocible en la prestación del servicio.
Garantía institucional
Las organizaciones colegiales de las profesiones tituladas tienen como misión esencial el control deontológico del ejercicio profesional en todas las vertientes que entrañan riesgo en la práctica profesional tanto para procurar su capacitación mediante la formación, como para el adecuado comportamiento de sus profesionales. Los colegios profesionales se conciben, por tanto, como entidades que ordenan y controlan el ejercicio profesional, situándose su labor muy señaladamente en los momentos en los que se pueden evitar situaciones de riesgo, sin perjuicio de cumplir también las funciones de corregir consecuencias nocivas y sancionar conductas inadecuadas, particularmente las que entrañan riesgo real para clientes y pacientes, se haya producido o no daño efectivo para éstos. Como consecuencia de esta concepción social de las profesiones y sus corporaciones colegiales, la Constitución Española les atribuyó a estas la función esencial de ser garantía institucional de la buena práctica de sus profesionales colegiados, garantizando así la defensa de consumidores y usuarios en la prestación de los servicios profesionales.
Es la de las corporaciones colegiales una función que tiene como objeto la articulación de elementos de control preventivo para procurar el más alto índice de seguridad. Y ello es consustancial al concepto de profesionalidad, de servicio, en el sentido más genuino. Hacer las cosas con el conocimiento y actitud más responsable con visión de conjunto caracteriza al servicio profesional cualificado y ello es el factor determinante de la más alta seguridad posible en cada circunstancia de tiempo y lugar. Unión Profesional ha venido acometiendo el tratamiento de la seguridad en las diferentes áreas en las que la actuación de los profesionales colegiados resulta relevante. Ello muestra una preocupación constante que es precisamente algo esencial de las profesiones y por tanto, de las Corporaciones colegiales. Los acontecimientos que van sucediéndose plantean situaciones que frecuentemente exceden de lo previsible por lo que es decisivo profundizar en el desempeño de la labor profesional en este concepto tan complejo como es el de la seguridad y a la vez, tan característico de las profesiones.