Entrevista a Eugenio Gay, presidente de Unión Profesional en el periodo 1993-2001, a propósito del galardón recibido de manos del actual presidente de la institución, Tomás Cobo, por el 45 Aniversario de Unión Profesional.
PREGUNTA: ¿Qué aportó a su trayectoria profesional presidir Unión Profesional?
RESPUESTA: Sin duda fue un honor para mi, que agradecí enormemente y un privilegio, presidir nada más y nada menos que la Unión Profesional de nuestro país. La experiencia fue muy enriquecedora y me ayudó a confirmar que las profesiones colegiadas son el armazón sobre el que se construye una sociedad organizadamente, y que soportan una carga y una responsabilidad enorme en la pervivencia y prosperidad de las naciones. Así se entiende el reconocimiento que obtuvieron en el artículo 36 de nuestra Constitución.
P: ¿Cuáles fueron las principales dificultades que tuvo que abordar durante su etapa como presidente de la entidad que agrupa a las profesiones colegiadas en España, un país que estaba sumido en una profunda transformación?
R: No fueron precisamente dificultades, sino retos que nos impusimos con ilusión y ganas de reivindicarnos ante la sociedad española e internacional. Creamos la revista de Unión Profesional, que aún continúa publicándose después de tantos años y en la que nos fuimos identificando como institución colectiva. También nos comprometimos en el aporte internacional fundamentalmente europeo con otras asociaciones como la nuestra y, en especial, con las instituciones de las Comunidades Europeas, hoy ya la Unión Europea. También lo intentamos, con la inestimable colaboración de Federico Mayor Zaragoza, entonces director de la Unesco y gran profesional, con los países hispanoamericanos con cuyos embajadores en España mantuvimos contactos y reuniones, pero nos faltaron medios económicos para entablar unas relaciones continuadas y estables.
Creamos la revista de Unión Profesional, que continúa publicándose después de tantos años y en la que nos fuimos identificando como institución colectiva. También nos comprometimos en el aporte internacional fundamentalmente europeo con otras asociaciones como la nuestra y, en especial, con las instituciones de las Comunidades Europeas, hoy ya la Unión Europea.
Nos pareció que debíamos hacer una labor de consolidación de la doctrina relativa a nuestros Colegios Profesionales encargando coordinar el trabajo a Lorenzo Martín Retortillo, que fue publicado por la editorial Civitas en 1996 bajo el título Los colegios profesionales a la luz de la Constitución, y también otro trabajo publicado por la misma editorial en 1998 que llevó a cabo Luis Calvo Sánchez titulado Régimen Jurídico de los Colegios Profesionales, volúmenes que tuve el honor de prologar y que han sido un referente para todos nosotros. De acuerdo con todo ello, dedicamos un gran esfuerzo a la necesidad de promocionar la importancia del trabajo multidisciplinar de nuestras profesiones como un valioso intangible en el fortalecimiento del entramado social y económico.
No puedo olvidar la lucha ejemplar llevada a cabo por Unión Profesional para defender la colegiación obligatoria como algo imprescindible para la garantía de nuestros servicios y de la observancia de sus normas deontológicas, frente a la obsesión del ministro Fernández Ordóñez que pretendía liberalizarlas sin que el gobierno del PSOE llegara a aprobar su propuesta. Curiosamente en el primer Real Decreto Ley del gobierno del presidente Aznar, cuyo partido había compartido nuestra postura, preveía esa liberalización, algo de lo que nos enteramos la tarde antes de su aprobación por el Congreso de los Diputados. Yo llegaba de Roma al Aeropuerto de Barcelona y se me hizo llegar la noticia.
Inmediatamente, aquella tarde noche la pasamos en vela tanto con los miembros de Unión Profesional como de otras entidades intercolegiales de carácter autonómico y estuve hablando telefónicamente con José María Aznar, presidente del Gobierno, y con Jordi Pujol, presidente de la Generalitat de Catalunya que, según me comentó Aznar, era a quién más interesaba esa postura; así como después con el ministro Rodrigo Rato y con el conseller de la Generalitat, Francesc Homs. Por fin, a medianoche, llegamos a un acuerdo salvando la obligatoriedad y cediendo en la supresión de los «bastanteos», «aceptos» y «visados» que los clientes debían pagar y que iban destinados al mantenimiento de los Colegios Profesionales. Debo decir que Unión Profesional creía, también, que así debía ser.
P: El lema de este 45 aniversario de Unión Profesional es Las profesiones, en favor de la sociedad. ¿Cómo cree que la ciudadanía percibe en la actualidad a los Colegios Profesionales?
R: Creo sinceramente que la presencia de los Colegios Profesionales así como la de sus Consejos Generales, y también de Unión Profesional, está bien valorada como puede verse a través de los medios informativos en los que se da cuenta de su implicación y de su labor formativa, de reciclaje y de investigación. No cabe duda que la agrupación interprofesional resulta cada día más precisa y ella solo tiene justificación en la necesidad de ofrecer un mayor y mejor servicio a la ciudadanía.
P: ¿Qué futuro le augura a una entidad multiprofesional, interdisciplinar y diversa como Unión Profesional?
R: Le auguro un magnífico futuro porque esa unión hace posible la complementariedad y la interrelación de aquellos que tenemos la responsabilidad de prestar los servicios esenciales a las personas, empresas, entidades públicas y privadas para el desarrollo social, económico, cultural y asistencial de toda la ciudadanía.