La Europa de los Ciudadanos engloba, entre otros, el concepto de la Europa de las Profesiones, espacio que viene consolidándose desde los orígenes de la Comunidad Económica Europea.
Resulta muy útil, particularmente en la actual coyuntura, tener presentes estos orígenes marcados por la credibilidad y la honradez de Schuman que fueron factores determinantes para la gestación de las Comunidades Europeas; así lo reconocía Jean Monnet en uno de sus discursos pronunciado en mayo de 1950. La solidaridad y confianza añadidas al ‘Plan para Europa’ de Schuman dieron lugar en 1957 al Tratado de Roma que dibujó una Europa unida, con instituciones fuertes, dando participación a sectores sociales como el de las profesiones liberales, cuya presencia y representación fue prevista en el Comité Económico y Social.
En sucesivos tratados se hizo referencia al papel del subsector de los servicios profesionales incardinándolo en las políticas europeas recogidas en Directivas y en otros instrumentos normativos inspirados en las peculiaridades que presenta el ejercicio profesional: independencia de criterio, responsabilidad y control de la buena práctica por entidades independientes. Dada la relevancia de este subsector, muchos países comunitarios han incorporado a sus Administraciones Públicas departamentos destinados a las relaciones con las organizaciones representativas de las profesiones. El diálogo continuo y el trabajo conjunto siempre dieron mejores «frutos».
En este sentido, la Comisión Europea creaba en el 2013 un grupo de trabajo sobre «Emprendimiento y Profesiones Liberales» con la intención clara y manifiesta de acercarse a las necesidades de los profesionales liberales en materia de emprendimiento y plantear acciones para tratar de solventarlas. Como organización que agrupa a las profesiones colegiadas españolas, Unión Profesional fue invitada a participar en ese grupo y a trasladar sus inquietudes en torno a un tema, el emprendimiento, intrínsecamente ligado a la profesión liberal. Me congratula observar, en cada encuentro y en las relaciones mantenidas en el seno de este grupo, cómo desde las instituciones europeas se valora el papel que juegan los emprendedores del ámbito de las profesiones liberales en el crecimiento de la economía y en la creación de empleo.
Fruto del constructivo intercambio de pareceres y de experiencias, la Comisión Europea ha establecido un plan de acción para el fomento del emprendimiento que ha contado con la activa participación de las organizaciones interprofesionales europeas. Además del impulso a la cultura emprendedora en las instituciones educativas, se fija la mirada en el apoyo a la financiación, el principal «talón de Aquiles» de todo emprendedor, especialmente, en tiempos de recesión. Así, como se pudo conocer de primera mano en el último encuentro celebrado el 1 de octubre en Nápoles, se han abierto diversas líneas con fondos públicos específicamente destinados a emprendedores. El consejo para acceder a ellas, por parte de las autoridades comunitarias, fue claro: hay que ser proactivos.
Estamos en el buen camino. No obstante, no debemos cejar en nuestro empeño de conseguir que los profesionales tengan mayores oportunidades a la hora de poner en marcha sus despachos, clínicas, estudios u oficinas de cualquier tipo y en cualquier país. Eso sí, siempre conservando unos mínimos estándares que garantice la calidad de los servicios que se prestan a la ciudadanía tanto fuera como dentro de nuestras fronteras. La movilidad profesional no debe ser óbice para que los ciudadanos puedan seguir ejerciendo sus derechos a recibir unos servicios profesionales de calidad. Es una cuestión de confianza. Debemos reivindicar, tanto desde las instituciones comunitarias como desde las organizaciones profesionales, el mantenimiento de esa confianza independientemente del país al que viajemos, en el que residamos o trabajemos.
Europa se gestó con los ingredientes de credibilidad, honradez y solidaridad y con un método de conocimiento de la realidad, de atención a la experiencia y a la verdad enfocada al bien común. La Europa de las Profesiones está avanzando pero ha de fundamentarse en la confianza en sus actores para, entre todos, contribuir al bienestar social y a la construcción de sociedades más justas e igualitarias.
Carlos Carnicer Díez
Presidente de Unión Profesional
Vicepresidente del Consejo Europeo de Profesiones Liberales (CEPLIS)
* Artículo de opinión publicado en ‘cronicaeconomica.com’ el 4 de octubre de 2014.