«La farmacia situada en el medio rural se posiciona como una infraestructura sanitaria que, además de generar empleo de calidad, contribuye a la fijación de población en el territorio y a su desarrollo socioeconómico». Valga destacar estas palabras para recordar la aportación de valor que las profesiones tiene en nuestro entorno, singularmente en este caso, la profesión de farmacia en el medio rural.
La evolución demográfica nos traslada a un escenario marcado por el incremento de la esperanza de vida al nacer que, unido a las bajas tasas de natalidad, daría lugar a una población más envejecida. Aportar calidad a los años sería uno de los retos asociados a este fenómeno, que precisa avanzar hacia una atención sanitaria integral. Para ello, se ha de trabajar en garantizar la igualdad de acceso y la equidad a los recursos asistenciales por parte de la ciudadanía, algo especialmente complejo en zonas de ámbito rural.
España cuenta con cerca de 5.000 municipios con menos de 1.000 habitantes, no obstante, su aportación demográfica apenas supondría el 3%. De hecho, este tipo de municipios habría visto reducida considerablemente su población en los últimos 23 años, según recogería el informe “La aportación de valor del modelo de farmacia a la cohesión territorial y al reto demográfico”, presentado recientemente por el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos (CGCF) en el Senado.
Si entre 1998 y 2021, la población residente en España habría experimentado un crecimiento del 18,8%, concentrándose principalmente en las grandes urbes, esta se habría visto reducida en un 11,4% en los municipios de pequeño tamaño (menos de 5.000 habitantes) y en un 10,5% en micromunicipios rurales (menos de 800 habitantes). La búsqueda de mejores oportunidades laborales, la escasez de oferta de servicios sanitarios y educativos, infraestructuras deficitarias o malas comunicaciones serían algunas de las causas que empujaría a la la migración de muchas personas, en su mayoría jóvenes, al entorno urbano.
La farmacia situada en el medio rural se posiciona como una infraestructura sanitaria que, además de generar empleo de calidad, contribuye a la fijación de población en el territorio y a su desarrollo socioeconómico
Tal como apunta el informe, la red de farmacias se habría convertido en un medio a través del que favorecer la cohesión social y territorial, generar actividad económica, así como promover la igualdad y equidad en el acceso a productos sanitarios. Las farmacias serían, por tanto, un elemento imprescindible a la hora de luchar contra la despoblación rural. Si bien, la actual cobertura territorial de farmacias comunitarias habría hecho posible que hoy en día se pueda afirmar que al menos un 90% de los residentes en municipios rurales de pequeño tamaño disponen de una botica, las dificultades económicas que atravesarían muchas de ellas, pondría en riesgo su permanencia. En base a lo recogido por el informe elaborado por la consultora Afi, “una de cada tres farmacias ubicadas en micromunicipios rurales se encuentra en situación de viabilidad económica comprometida”. Ello dificultaría poder garantizar la continuidad asistencial, repercutiendo considerablemente en la calidad de vida de quienes residen en estos municipios. En su mayoría hombres de edad avanzada.
Dotar al entorno rural de las infraestructuras necesarias para que la población no vea mermada su calidad de vida en función de su lugar de residencia es el primer paso para luchar contra el éxodo que desde mediados del siglo pasado estarían experimentando estos municipios. Las Administraciones han de centrarse en la atracción de población joven para asegurar la permanencia del entorno rural, sin olvidar a quienes ya residen allí. En este contexto, recientemente, se ha firmado un protocolo entre el CGCF y el Gobierno para la creación del Programa de la Farmacia Comunitaria Rural.
LA ESPAÑA VACÍA Y LAS PROFESIONES
Si bien, recogemos en esta ocasión el informe reciente elaborado de una de las profesiones asociadas a Unión Profesional, no cabe duda que varias de las materias apuntadas en el mismo, constituye elementos de preocupación e interés común para el conjunto de las profesiones, como lo es posibilitar el acceso a los servicios profesionales con independencia del lugar de la geografía española en la que nos encontremos.
En este sentido, cabe recordar el Especial `La España Vacía y las profesiones´ elaborado por Eugenio Sánchez, responsable del Departamento de Economía de Unión Profesional, en el que se reflexiona sobre el valor de la red de corporaciones colegiales como elemento cohesionador del territorio, la cual introduce certidumbre en los agentes económicos para sus actividades; se realiza una aproximación al funcionamiento de la justicia explorando las diferencias territoriales con las tasas de litigación, así como de los despachos y sus potenciales en los lugares de menor densidad poblacional.
Se abordan también los servicios sanitarios y sociales en las diferentes regiones, sus problemáticas y la importancia del gasto público sanitario como elemento nivelador. Finalmente, el citado estudio destaca cómo las profesiones técnicas suponen un eje esencial en su contribución a la hora de establecer y adaptar entornos de construcción a las nuevas necesidades de infraestructuras y viviendas que, además, sean sostenibles para la sociedad.