Análisis económico de Unión Profesional a raíz de los datos de afiliación y paro registrados en abril del 2022
Las señales de ralentización de la actividad económica se manifestaron durante el mes de abril en buena parte de los sectores si atendemos a su comportamiento en la afiliación. Solo el sector del turismo gracias a la Semana Santa y la vuelta de algunos eventos presenciales logró compensar el balance general positivo de la afiliación en nuestra economía.
En el subsector de servicios profesionales la afiliación sumó un 0,23% mensual, un ritmo ligeramente por debajo del previo a la pandemia en este mes y el más débil desde el 2013 cuando se comenzaba a salir de la Gran Recesión. Este dato se compone de forma principal por una nueva destrucción de la ocupación en sanidad distinta al patrón habitual previo a la pandemia, y a un desempeño favorable, pero inferior al año pasado durante abril en el resto de los ámbitos profesionales.
Solo la consultoría de gestión empresarial y de informática, y algunas actividades, esencialmente privadas, de la esfera sociosanitaria mostraron repuntes de afiliación en este mes por encima de los registrados en el 2021. A continuación, profundizamos en los detalles y posibles causas.
Sanidad vuelve a destruir ocupación por encima de lo habitual en un mes de abril
Particularmente, la afiliación en las profesiones sanitarias y sociales cayó más de medio punto porcentual y, si exceptuamos abril del 2020 cuando comenzaron a reforzarse algunas plantillas ante el COVID-19, la destrucción de este mes es distinta al patrón precedente a la pandemia, donde lo más común era que en abril el pulso de la ocupación fuera más estable e incluso se anotaran ligeros incrementos de afiliación.
En cualquier caso, hay dos fenómenos principales que afectan a la sanidad y que determinarán el curso del empleo en los próximos meses. En primer lugar, se encontraría la no renovación de algunos contratos de profesionales de la medicina y la enfermería que fueron realizados bajo el Real Decreto-ley 30/2021 de medidas urgentes de prevención y contención para hacer frente a la crisis, especialmente, en la medida que la situación hospitalaria relativa a la pandemia se mantiene en niveles reducidos. De hecho, esta tendencia de minoración de personal bajo este criterio podría continuar si tenemos en cuenta que la reducción del gasto público asociado al COVID se quedará a la mitad en este año respecto al 2021 según la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) en su Informe sobre los presupuestos iniciales de las Administraciones públicas 2022 publicado a comienzos de abril.
Sanidad destruyó afiliación en abril lejos de su patrón habitual previo a la pandemia. La no renovación de parte de los contratos COVID podría ser compensada por el refuerzo de algunas plantillas para reducir las listas de espera según AIReF, y la reducción de la temporalidad conforme a la Ley 20/2021.
No obstante, la propia AIReF sostiene que esta caída del gasto sería compensada de forma parcial con crecimientos en otras partidas públicas para reducir las listas de espera, subir el gasto farmacéutico o el incremento salarial. Fenómenos que también, es de suponer, que incluirían un cierto refuerzo de personal en determinadas plantillas para atender y seguir el curso de otras patologías que la urgencia de la pandemia desplazó.
Además, en conexión con la Ley 20/2021, de 28 de diciembre, de medidas urgentes para la reducción de la temporalidad en el empleo público, que pretende situar la tasa de cobertura temporal por debajo del 8% de las plazas estructurales, comienzan a observarse algunos movimientos en las Comunidades Autónomas. En este plano, la Comunidad de Madrid estudia mantener las plazas de los médicos especialistas con el fin de lograr el 82% de plazas fijas respecto al personal interino del Servicio Madrileño de Salud (Sermas).
Por su parte, la Comunidad Valenciana creará 6.000 plazas estructurales en Sanidad a partir de mayo, lo que supondrá transformar muchos contratos vinculados al COVID y temporales en plazas estructurales e indefinidas.
Primeros signos de moderación en la arquitectura y la ingeniería
En el ámbito de las profesiones de arquitectura e ingeniería la afiliación aumentó cerca de medio punto porcentual mensual, uno de los ritmos más bajos en un mes de abril antes de la pandemia. A ello se añade que este avance en términos desestacionalizados fue la mitad. En este sentido, se trata del primer signo más evidente de la moderación que están experimentando la construcción y la industria en su actividad y que se visibiliza en una menor demanda de estos profesionales cualificados.
En este contexto, hemos de señalar que, según el Índice PMI de la industria manufacturera en España que publica S&P global, el incremento de la producción solo fue leve en abril y los nuevos pedidos cayeron por segundo mes consecutivo. Factores como la huelga del transporte, la guerra en Ucrania con el tensionamiento que provoca en los precios y suministro de los materiales, y la subida de los precios por parte de los fabricantes a medida que los costes siguen al alza muestran un panorama poco alentador durante, al menos, los próximos meses.
Como ejemplo, Eurostat informó en abril que los precios de producción industrial de la eurozona y la Unión Europea anotaron niveles récord superiores al 5% mensual durante marzo.
Las profesiones de arquitectura e ingeniería reflejan un menor ritmo habitual de creación de empleo en abril debido a una reducción de los pedidos y el aumento de las presiones inflacionistas en la industria y la construcción.
También es interesante traer a colación la Encuesta de coyuntura del sector de la construcción que publica de forma mensual el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, donde se muestra que en abril el Indicador de Clima de la Construcción (ICC) se situó en un saldo de 7,2 puntos, 3,8 puntos menos que en marzo lo que apunta a un menor ritmo en los pedidos y las expectativas de empleo en el sector.
Conforme a este ICC, y de acuerdo a las áreas principales, la actividad de la obra civil y de las actividades especializadas, que incluye las reformas, son las más sólidas también en abril, mientras que la construcción de edificios acusa incluso caídas desde comienzos de año a excepción del mes de marzo cuando repuntó de manera aislada. El hecho de que la obra civil repunte podría estar ligado a los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia según un estudio de este mes publicado por EsadeEcPol.
La moderación de la actividad económica repercute en las profesiones que más demandan las empresas
En otro terreno, se advierte un debilitamiento en el crecimiento mensual de la afiliación en las profesiones del ámbito jurídico y de la contabilidad, del sector financiero y asegurador, de la publicidad y estudios de mercado, y de las actividades inmobiliarias respecto al mismo mes del 2021. Esferas de actividad muy relacionadas con la demanda de las empresas y los hogares.
Para explicar este comportamiento más frágil hemos de tener en cuenta el signo de algunos de los últimos indicadores de la economía española. El Índice de Confianza Empresarial (ICE) que publica el Instituto Nacional de Estadística mostró una reducción de las expectativas de actividad en todos los sectores de cara al segundo trimestre a excepción del transporte y la hostelería.
Las profesiones del ámbito jurídico, inmobiliario, financiero y asegurador anotaron un desempeño inferior al 2021 que reflejaría un menor pulso del tejido empresarial en la demanda de estos profesionales.
Asimismo, el Banco de España junto con el Banco Central Europeo apuntaban que durante el primer trimestre se produjo una restricción en la concesión de créditos a las empresas, sobre todo pymes, tanto en España, como en la Unión Europea. Una situación que responde a la incertidumbre en los operadores financieros debido a la guerra en Ucrania y el impacto de la inflación y el desabastecimiento de algunos productos. En el caso de los hogares, las condiciones de acceso a la financiación para vivienda y otros bienes de consumo seguirían estables por el momento.
Hay que tener en cuenta las revisiones a la baja del crecimiento para España realizadas tanto por el FMI, como por el Gobierno para este año en el entorno del 4% y que reflejan el deterioro de la confianza de los agentes económicos para acometer nuevos proyectos. Todo junto con la inflación que en el mes de abril habría cerrado en el 3,4% subyacente y en el 8,4% anual en la general. No obstante, en los servicios el nivel de precios se mantiene todavía en el 2,4% en marzo.
A su vez, el Índice PMI del sector servicios en España de S&P Global mostró un ritmo favorable revitalizado en pedidos y perspectivas de empleo, y no es descartable que los buenos datos del sector turístico estén detrás de forma principal de este balance.
El turismo y, en menor medida, el sector público, explican el balance positivo de la afiliación en abril
El avance mensual de la afiliación del 0,23% en abril por parte del subsector de servicios profesionales produjo que su recorrido anual se situé en el 4,63%, una décima menos que en marzo, pero relativamente estable en el entorno de este año situado entre el 4,6-4,7%. De tal modo, aún se mantiene su tendencia relativa de carácter ascendente desde finales del 2021.
En el conjunto de la economía, el aumento de la afiliación del 0,93% mensual estuvo dos décimas por encima del registrado en abril del 2021, aunque se quedó ligeramente por debajo del periodo 2017-2019 cuando superó incluso el 1%. La Semana Santa, la vuelta de muchos eventos y actividades presenciales, y un repunte de la ocupación de la Administración pública explican de forma principal el tono positivo del empleo y la economía durante el mes de abril. De hecho, la hostelería, de forma destacada, junto con el transporte y las actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento lideraron la creación de afiliación.
Por el contrario, la destrucción de empleo en la construcción y la moderación en la creación de ocupación en la industria y otros sectores relacionados respecto al año pasado comienzan a mostrar algunos de los efectos negativos que trae la continuada presión inflacionista sobre los costes y la incertidumbre creciente de los agentes económicos debido a la guerra en Ucrania.
Si atendemos a los datos desestacionalizados para contemplar de forma más depurada el pulso de la actividad económica la afiliación avanzó un 0,17% mensual, un dato prácticamente calcado al del subsector de servicios profesionales con un 0,16% mensual. Con todo, dentro de las profesiones hay que señalar algunas diferencias puesto que las profesiones sanitarias y sociales destruyeron ocupación en términos desestacionalizados y evidenciarían que su comportamiento está fuera de lo habitual como se ha descrito.
Continúa la moderación del ritmo de afiliación en el empleo autónomo de las profesiones
El análisis de los dos regímenes principales de afiliación también arroja cuestiones de interés. El Régimen General (RG) en las profesiones sumó un 0,22% mensual de afiliación, casi una décima menos que en el 2021. Mientras, el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) aumentó un 0,29% mensual la afiliación; si bien, se trata de un desempeño que es la mitad que hace un año.
En consecuencia, el resultado anual deja el RG en un sólido 4,80% más de afiliación, sólido durante este año, y en un 3,60% anual en el RETA que, en este caso, continúa su moderación por quinto mes consecutivo y dibuja una ligera tendencia descendente desde mediados del 2021. Una imagen que podría reflejar las dificultades que atraviesa el empleo autónomo en las profesiones en el contexto económico actual.
Nuevo régimen de los ERTE cuyos datos disponibles se publicarán en los próximos meses
En otra línea, cabe recordar que en el contexto de la reforma laboral recogida en el Real Decreto-ley 32/2021, de 28 de diciembre, de medidas urgentes para la reforma laboral, la garantía de la estabilidad en el empleo y la transformación del mercado de trabajo, se aborda un nuevo tratamiento de los expedientes temporales de empleo, conocidos previamente como ERTE. De hecho, el 31 de marzo del 2022 finalizaron los ERTE vinculados al COVID.
Actualmente, como recoge el artículo 47 del Estatuto del Trabajador (Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores), hay nuevas figuras denominada como ERTE por causas de tipo Económico, Técnico, Organizativo o Productivo (ETOP), el ERTE por fuerza mayor temporal cuando acontezcan limitaciones de la actividad por decisiones de las autoridades particularmente sobre la protección de la salud pública, y el ERTE permanente o Mecanismo RED que podrá aplicarse para afrontar crisis sectoriales o de carácter cíclico.
En tal sentido, el mes de abril dejó 17.000 trabajadores en el marco de los ERTE-ETOP como señala la nota de prensa del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. No obstante, apunta que «los datos de ERTE correspondientes al mes de abril no están disponibles, ya que las empresas disponen hasta finales del mes de mayo de plazo para presentar las liquidaciones correspondientes. Se publicarán en cuanto se disponga de cifras representativas».
Mayor bajada del paro que en el 2021 y alza de los contratos indefinidos
En cuanto al paro registrado anotó un descenso de 86.260 personas, un 2,77% mensual, que supone un ritmo más acorde al que se manifestaba antes de la pandemia. Además, la bajada fue más del doble que en el 2021. El volumen de parados se sitúa en 3.022.503 personas y acumula una caída anual de 888.125 personas, un 22,71% anual. A su vez, el paro se redujo en 43.217 hombres, un 3,38% mensual, y en 43.043 mujeres, un 2,35% mensual.
Entre los sectores principales, puesto que no ofrece mayor desagregación, el sector servicios mostró la mayor bajada porcentual con un 2,98% mensual y 65.422 parados menos que respondería, esencialmente, al buen tono de la hostelería y el transporte. El sector de la construcción redujo su lista del paro en 6.972 personas, una caída del 2,80% mensual, y la industria en 4.340 personas, un 1,71% mensual, sectores que podrían reflejar un cierto pulso todavía en algunas ramas de actividad pese a las presiones inflacionistas.
Entretanto, la agricultura manifestó una caída del paro del 6,10% mensual y 9.544 personas que tendría más tintes estacionales entre las campañas de siembra y recogida. Y solo el colectivo sin empleo anterior expuso una subida, testimonial, del 0,01% y 18 parados más.
Mientras, los contratos registrados sumaron 1.450.093, esto es, un 6,87% anual más. De este montante, 698.646 fueron indefinidos, lo que se traduce en un 48,18% del total, alrededor de cinco veces más que hace un año. La reforma laboral aplicada por el Gobierno, y en vigor desde el 30 de marzo de este año (más los tres meses previos de plazo transitorio para su adaptación por las empresas), explicaría el comportamiento principal de este dato. Además, la cobertura por desempeño fue del 59,80% y hay un volumen de beneficiarios de 1.758.590, es decir, una bajada del 21,1% anual.