Sobre el papel que ha tenido y está teniendo la Unión Europea (UE) frente a la pandemia del COVID-19
En un momento en el que los hechos cambian y se vuelven obsoletos con los días, el presente artículo tiene como objetivo aglutinar y trasladar, de una manera coherente, el rol de cada institución de la Unión Europea en la actual crisis ocasionada por COVID-19.
Es propósito del presente trabajo —siempre bajo la óptica de Unión Profesional, pero también desde la perspectiva de la vicepresidencia primera del Consejo Europeo de las Profesiones Liberales (CEPLIS) así como de la visión más global que ostentar la vicepresidencia de la Unión Mundial de las Profesiones (UMPL)— resaltar la posible afectación de las acciones de las instituciones europeas en las profesiones, en general, y, al tratarse de una crisis principalmente sanitaria, destacar la gran labor de los y las profesionales de la salud al respecto.
Como expresó recientemente el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis: “El brote de COVID-19 presenta un desafío sin precedentes en toda la Unión Europea y está perturbando las vidas, las sociedades y la economía”. Es en este contexto en el que debemos hablar, más que nunca, de una Europa de las Profesiones. De unas profesiones unidas que desempeñan su labor bajo unos valores comunes y siempre con el objetivo esencial de proteger, de cuidar, a la ciudadanía y de preservar los Derechos Fundamentales; Labor esta que, en los tiempos que corren, ha de realizarse de modo coordinado y a través del aprovechamiento de sinergias y know-how compartido.
>> ¿Qué puede hacer Europa?
Como comunidad política de derecho, la Unión Europea (UE) únicamente puede intervenir en los ámbitos para los que cuente con la autorización de los Estados miembros; autorización conferida a través de sus Tratados.
En general, la crisis del COVID-19 toca varios aspectos en los que la UE tiene competencias exclusivas, como son el mercado único, la movilidad de mercancías y el desabastecimiento. Por otro lado, la pandemia afecta a otros aspectos en los que la Unión solo tiene una competencia de apoyo a los Estados miembros, como son la salud pública, el empleo y las políticas fiscales y socioeconómicas.
Desde el inicio de la crisis sanitaria la Comisión Europea está tratando de desempeñar una función de coordinación, haciendo lo posible para ayudar a los Estados miembros en su respuesta al brote de COVID-19. También está tomando medidas para mitigar el impacto socioeconómico de la pandemia en la Unión Europea y preparar un plan de recuperación europeo.
Las otras dos instituciones con capacidad legislativa, el Parlamento y el Consejo europeos, están planteando vías que faciliten tomar medidas que permitan poder hacer frente a la crisis en sus dos aspectos más destacados, el sanitario y el económico.
>> ¿Qué ha hecho la Unión Europea hasta ahora?
COMISIÓN EUROPEA:
El papel de la Comisión Europea (CE), o el gobierno de la Unión Europea, se ha centrado en cuatro aspectos claves: la salud pública, la movilidad, la economía y la investigación científica. Asimismo, desde principios de mayo la Unión Europea está uniendo fuerzas con otros países para poner en marcha un esfuerzo mundial de compromiso: La respuesta mundial al Coronavirus.
Desde el comienzo de la crisis, la Unión Europea ha señalado la necesidad de una coordinación europea a través de recomendaciones, no solo en materia de salud pública, sino también de transportes, control fronterizo, mercado interior y comercio.
Asimismo, la CE está resaltando las acciones solidarias que algunos Estados han llevado a cabo durante las crisis para tratar de dar un lavado de imagen tras las acciones antieuropeísta/nacionalistas que se han dado en los últimos días por algunos Estados.
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Salud pública:
Orientación y coordinación
En el contexto de la enfermedad por COVID-19, el papel de la CE y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC), agencia de la UE que tiene por misión reforzar las defensas de Europa contra las enfermedades infecciosas, ha sido el de formular evaluaciones de riesgos y proporcionar orientaciones publicando actualizaciones epidemiológicas sobre la situación mundial.
Además, la CE se ha coordinado con los Estados miembros a través de tres mecanismos clave, de conformidad con la Decisión sobre las amenazas transfronterizas graves para la salud; el Sistema de Alerta Precoz y Respuesta, el Comité de Seguridad Sanitaria, y la red de comunicadores del Comité de Seguridad Sanitaria.
Asimismo, la CE puso en marcha un grupo especial compuesto por siete epidemiólogos y virólogos independientes encargados de formular directrices sobre medidas de gestión de riesgos coordinadas y con base científica.
Desde el inicio de la crisis la CE ha publicado una serie de directrices para optimizar el suministro y la disponibilidad de medicamentos, formulado directrices antitrust, presentado orientaciones sobre las metodologías para las pruebas y unas orientaciones para desarrollar aplicaciones móviles de rastreo que respeten plenamente las normas de la Unión Europea en materia de protección de datos.
Compra de material médico
En relación al equipo y suministros médicos, la Comisión Europea ha lanzado cuatro licitaciones diferentes para la adquisición de guantes y batas quirúrgicas, equipo de protección personal para la protección de los ojos y las vías respiratorias, así como ventiladores y equipo respiratorio de uso médico y equipo de laboratorio, incluidos equipos de pruebas, con la participación de hasta 25 Estados Miembros. En estas adquisiciones conjuntas, la CE desempeña una función de coordinación, mientras que los Estados Miembros serán quienes adquieran las mercancías.
Por otro lado la CE publicó orientaciones sobre la forma de utilizar las flexibilidades que ofrece el marco de contratación pública de la UE en la situación de emergencia relacionada con el brote de coronavirus. Las orientaciones ofrecen una visión general de los procedimientos de licitación a disposición de los compradores públicos, los plazos aplicables y ejemplos de la forma en que los compradores públicos podrían encontrar soluciones alternativas y formas de colaborar con el mercado para suministrar suministros médicos muy necesarios.
Producción de material médico
Para aumentar masivamente la producción global de equipos de protección personal, la Comisión Europea y las organizaciones europeas de normalización acordaron que todas las normas europeas armonizadas pertinentes se pondrían excepcionalmente a disposición de todas las empresas interesadas de forma gratuita y completa.
Asimismo, adoptó decisiones sobre las normas armonizadas que abarcan equipos tales como mascarillas médicas, protección personal de los ojos, guantes médicos, ropa de protección y dispositivos de protección respiratoria.
La CE anunció que ofrecería orientación en tres ámbitos en la producción de equipo de protección personal, como mascarillas, limpiadores de manos y desinfectantes de manos, y la impresión en 3D, para ayudar a los fabricantes y a las autoridades de vigilancia del mercado a garantizar que estos productos sean eficaces y cumplan las normas de seguridad necesarias.
Inversión sanitaria
Asimismo, unido al aspecto económico, la Comisión Europea ha señalado que pondrá en marcha la Iniciativa de Inversión en Respuesta al Coronavirus, dotada con 37.000 millones de euros y destinada a proporcionar liquidez a las pequeñas empresas y al sector de la asistencia sanitaria y garantizará un suministro adecuado de equipos de protección y material sanitario en toda Europa.
En este contexto, la CE ha entrado en vigor el Reglamento europeo del 1 de abril de 2020, que modifica: el Reglamento (UE) nº 1301/2013, el Reglamento (UE) nº 1303/2013 y el Reglamento (UE) nº 508/2014 para apoyar a los Estados miembros durante la pandemia de COVID-19 y poner a disposición 37.000 millones de euros de fondos de la UE.
Asimismo, para prestar un apoyo directo a los sistemas de asistencia sanitaria de los países de la UE, la CE propuso la activación del Instrumento de Ayuda de Emergencia de la UE, medida que fue rápidamente aprobada por el Consejo Europeo el 14 de abril.
El Instrumento de 2.700 millones de euros apoyará la entrega de equipos de protección, el desplazamiento de pacientes a hospitales con capacidad disponible y el desarrollo de medicamentos y métodos de análisis.
Vacuna
El 16 de junio la Comisión presentó su estrategia de vacunas de la UE. Esta estrategia trata de acelerar el desarrollo, la fabricación y el despliegue de vacunas contra el COVID-19.
Garantizar la disponibilidad de suministros y equipos
En abril, la Comisión Europea puso en marcha la Iniciativa de Solidaridad Sanitaria de la Unión Europea, que está destinada a prestar apoyo directo a los sistemas sanitarios de los Estados miembros de la UE en su lucha contra la pandemia del coronavirus. La iniciativa está financiada con unos 6.000 millones de euros tratando de atender a las necesidades de los sistemas sanitarios europeos.
Al mismo tiempo, el 8 de abril, la CE pidió a los Estados miembros que garantizasen el acceso de los europeos a los medicamentos, protegiendo al mismo tiempo la salud pública y preservando el mercado único. La CE publicó directrices para garantizar el suministro adecuado, el transporte rápido, la asignación de medicamentos vitales y para prevenir cualquier escasez.
Por otro lado, la CE publicó directrices sobre las metodologías de realización de tests, a fin de apoyar el uso eficiente de los equipos de tests por parte de los Estados Miembros, en particular cuando se levanten las medidas de confinamiento.
Confinamiento
La Comisión Europea, en cooperación con el presidente del Consejo Europeo, presentó el 15 de abril una hoja de ruta europea para levantar progresivamente las medidas de confinamiento adoptadas como consecuencia del brote de coronavirus. Asimismo, como parte de esta hoja de ruta europea hacia la eliminación de las medidas de confinamiento contra el coronavirus, la Comisión presentó orientaciones sobre las metodologías para las pruebas de coronavirus.
El objetivo de las orientaciones es ayudar a los Estados miembros a utilizar eficazmente las herramientas para la realización de pruebas en el contexto de sus estrategias nacionales y en las diferentes fases de la pandemia, entre ellas cuando se eliminen progresivamente las medidas de confinamiento.
Rebrotes
El 15 de julio la Comisión Europea presentó unas medidas inmediatas a corto plazo para reforzar la preparación sanitaria de la UE ante los brotes de COVID-19. La Comunicación se centra en todas las medidas necesarias para mejorar la preparación, incluidas las pruebas y la localización de contactos, la mejora de la vigilancia de la salud pública y la ampliación del acceso a las contramedidas médicas, como el equipo de protección personal, los medicamentos y los dispositivos médicos. Las medidas incluyen también medidas sobre la capacidad de aumento de la atención de salud, las contramedidas no farmacéuticas, el apoyo a las minorías y las personas vulnerables, y las actividades para reducir la carga de la gripe estacional.
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Economía:
Aunque en un principio las medidas económicas y fiscales son competencia de los Estados miembros, la CE ha señalado que tratará de amortiguar el impacto en la economía y los medios de subsistencia de la población mediante la plena flexibilización de las normas presupuestarias de la UE activando la cláusula de escape general del marco fiscal y dando más flexibilidad a los Estados para hacer frente a la crisis.
Para ello, aparte de dar más la flexibilidad a las normas fiscales de la UE, la CE ha revisado las normas sobre ayudas estatales y ha establecido la citada Iniciativa de Inversión en Respuesta al Coronavirus con el objetivo de proporcionar liquidez a las pequeñas empresas y al sector de la atención de la salud, así como apoyar los planes de trabajo de jornada reducida, las prestaciones para los padres y madres que tienen que cuidar de sus hijos y que, por lo tanto, no pueden ir a trabajar; y las prestaciones para los instructores cuya formación se ha suspendido.
La CE ha destacado la necesidad de dar apoyo a las empresas europeas — especialmente a las PYMES— y a los trabajadores para limitar el desempleo y la pérdida de ingresos. También ha aprovechado para destacar la necesidad de acelerar la creación de un plan europeo de reaseguro de desempleo para apoyar las políticas nacionales que tienen por objeto preservar los puestos de trabajo y las competencias, por ejemplo, mediante planes de trabajo de corta duración, y/o facilitar la transición de los desempleados de un puesto de trabajo a otro.
Además, la CE ha destacado la importancia de que los Estados Miembros colaboren estrechamente con los interlocutores sociales —sindicatos y organizaciones empresariales—, tratando que sean aliados fundamentales a la hora de hacer frente a las repercusiones socioeconómicas del virus.
Asimismo, la CE publicó directrices para los Estados miembros sobre la inversión extranjera directa. En las directrices se insta a los Estados miembros a que, en esta época de crisis, utilicen plenamente sus mecanismos de examen de las inversiones para abordar los casos en que la adquisición de empresas europeas por inversores de fuera de la UE crearía un riesgo para la seguridad y el orden público de la UE y se alienta a los Estados miembros a que examinen las inversiones directas procedentes de fuera de la UE en ámbitos concretos como la investigación médica, la biotecnología y las infraestructuras, ya que son esenciales para la seguridad y el orden público de la UE.
Por otro lado, la Comisión lanzó una nueva iniciativa llamada SURE – Apoyo a la mitigación de los riesgos de desempleo en situaciones de emergencia- con la intención de mitigar los riesgos de desempleo, ayudar a preservar los puestos de trabajo y apoyar a las familias. El objetivo de SURE es proporcionar una ayuda financiera de hasta 100.000 millones de euros a los Estados miembros, en forma de préstamos concedidos en condiciones favorables.
Finalmente, en el marco del Semestre europeo, la CE propuso recomendaciones específicas para cada país para todos los Estados miembros de la UE y el Reino Unido, basadas en la estrategia de crecimiento de la Comisión. Las recomendaciones abarcan esferas como las inversiones en salud pública y la capacidad de recuperación del sector de la salud, la preservación del empleo mediante el apoyo a los ingresos de los trabajadores y las inversiones en personas y aptitudes.
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Movilidad:
Para contener la propagación del virus, a mediados de marzo la Comisión Europea recomendó a los Estados Miembros que aplicaran una restricción coordinada temporal de 30 días a los viajes no esenciales desde terceros países a la Unión Europea.
Tras el respaldo de los dirigentes, todos los Estados miembros de la UE (excepto Irlanda) y todos los países asociados al Acuerdo de Schengen (Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza) aplican ahora esta restricción de los viajes. Todos los ciudadanos de la UE y los ciudadanos de los Países Asociados de Schengen, así como sus familiares, están exentos de esta restricción a los efectos de regresar a sus hogares.
El 30 de marzo, la CE proporcionó orientación sobre la forma de aplicar las restricciones temporales de viaje, la facilitación de las repatriaciones desde todo el mundo y la forma de hacer frente a los excesos de estancia causados por las restricciones de viaje. Esa orientación se elaboró con la Agencia Europea de Fronteras y Guardacostas (Frontex), el apoyo del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) y la Europol.
De acuerdo con el Código de Fronteras Schengen, entre las condiciones de entrada que deben cumplir los nacionales de terceros países que llegan a las fronteras exteriores de la UE figura la de no suponer una amenaza para la salud pública nacional. Si existe tal amenaza, se someterá a la persona en cuestión a un examen sanitario.
Los Estados miembros pueden restablecer los controles fronterizos en las fronteras interiores por razones de orden público o seguridad interior. No obstante, los controles en las fronteras exteriores deben contribuir a garantizar que no se reintroduzcan los controles fronterizos en la zona de libre circulación, a menos que sean necesarios y proporcionados por razones de orden público, etc.
El 13 de mayo, la Comisión Europea presentó directrices y recomendaciones para ayudar a los Estados miembros a levantar gradualmente las restricciones de viaje, aplicando todos los medios de seguridad y de precaución necesarios.
Asimismo, en lo relativo a la reanudación de los servicios turísticos, la Comisión ha introducido un marco común que recoge criterios para el restablecimiento seguro y gradual de las actividades turísticas y la elaboración de protocolos sanitarios para los hoteles y demás formas de alojamiento. Entre los criterios figuran pruebas epidemiológicas; capacidad suficiente del sistema sanitario para la población local y los turistas; capacidad de realizar pruebas, rastreo de contactos y vigilancia y control robustos.
El 15 de junio, en sus esfuerzos por dar claridad a la vuelta a la normalidad la CE lanzó «Re-open EU», una plataforma web que contiene información esencial para la vuelta segura de la libre circulación y el turismo en toda Europa. La plataforma proporcionará información en tiempo real sobre las fronteras, las restricciones de viaje, las medidas de salud pública y de seguridad, el distanciamiento físico o el uso de mascarillas, así como otra información práctica para los viajeros en los 24 idiomas oficiales de la UE.
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Investigación científica:
La Comisión Europea considera que disponer de orientaciones con base científica es fundamental para afrontar la crisis y es por ello que ha reunido a un equipo de científicos destacados —un equipo de epidemiólogos y virólogos eminentes— para anticiparse a los acontecimientos y elaborar directrices y estrategias basadas en pruebas.
Además de una serie de medidas de investigación pasadas y en curso relacionadas con los diversos coronavirus y los brotes, la CE puso en marcha varias medidas especiales en 2020.
El 12 de mayo la CE seleccionó ocho proyectos de investigación a gran escala destinados a desarrollar tratamientos y diagnósticos para el coronavirus, en una convocatoria rápida de propuestas lanzada en marzo por la Iniciativa sobre Medicamentos Innovadores (IMI), una asociación público-privada. El 19 de mayo movilizó otros 122 millones de euros de su programa de investigación e innovación, Horizonte 2020, para la investigación urgente sobre el coronavirus. La nueva convocatoria de manifestaciones de interés contribuye al compromiso de la Comisión de destinar 1.400 millones de euros a la respuesta mundial al coronavirus.
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Reconocimiento de las cualificaciones profesionales de los trabajadores de la salud
El 7 de mayo, con el objetivo de hacer frente a la escasez de trabajadores sanitarios, la Comisión publicó una comunicación en la que se ofrece orientación a los Estados Miembros. La orientación trata de acelerar el reconocimiento de las calificaciones profesionales de los trabajadores sanitarios, aclara las normas para que los médicos y enfermeros en formación puedan ejercer sus profesiones y facilita la libertad de circulación de los profesionales. En la comunicación también se afirma la disponibilidad de la Comisión para ayudar a los Estados Miembros y a los profesionales a capear la crisis, mantener sus derechos de libre circulación y garantizar la seguridad de los pacientes.
PARLAMENTO EUROPEO:
Parte de la respuesta de la UE necesita de la aprobación por parte del Parlamento y del Consejo europeos.
Es por ello que el presidente del Parlamento Europeo (PE) y los líderes de los grupos políticos celebraron un pleno extraordinario el 26 de marzo en Bruselas en las que se aprobaron las medidas urgentes contra el COVID-19:
- Iniciativa de inversión en respuesta al coronavirus, que pondrá a disposición de los países 37.000 millones de euros del Fondo de Cohesión para mitigar los efectos de la enfermedad.
- Propuesta para extender el alcance del Fondo europeo de solidaridad para cubrir emergencias de salud pública.
- Modificación legislativa para acabar con los llamados “vuelos fantasma” provocados por la epidemia.
Durante la sesión del 16 y 17 de abril, los eurodiputados aprobaron una serie de propuestas de la Comisión para hacer frente a la crisis del coronavirus. Entre las propuestas aprobadas están: una reorientación de los fondos de la política de cohesión para contrarrestar los efectos de la crisis de salud pública (iniciativa IIRC+); un importe adicional de 3 080 millones de euros de fondos de la UE para la asistencia sanitaria (el Instrumento de Ayuda de Emergencia) y la capacidad médica de emergencia (rescEU); financiación adicional destinada al Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades; y otras medidas de apoyo.
La luz verde del Parlamento llega tras la rápida aprobación por los Estados miembros de la UE de la mayoría de esas iniciativas en el Consejo; la Iniciativa IIRC + y el aplazamiento del Reglamento de productos sanitarios están aún pendientes de adopción por el Consejo.
Durante la sesión plenaria de mayo de 2020, la tercera que se celebró con la participación de la mayoría de los miembros a distancia, los eurodiputados se centraron en varias propuestas legislativas urgentes, así como en las votaciones sobre la aprobación de la gestión de las instituciones y órganos de la UE en relación con el presupuesto de 2018. El Parlamento pidió a la Comisión Europea que estableciera un plan de recuperación como parte del marco financiero plurianual (MFF) 2021-2027. Además, los miembros escucharon las declaraciones del Consejo y la Comisión sobre las conclusiones de la reunión por videoconferencia del Consejo Europeo del 23 de abril de 2020 y el MFP, los recursos propios y el plan de recuperación.
CONSEJO EUROPEO:
Desde el inicio de la crisis, la institución que engloba a los ministros de los distintos Estados miembros ha desarrollado varias reuniones en las que se han ido adaptando distintas decisiones de acuerdo a sus circunstancias. En estas reuniones los ministros enfocaron las prioridades sanitarias, las medidas de contención y las prioridades a seguir.
Asimismo, se empezaron a coordinar las medidas económicas y sociales y se comenzó a discutir la forma en la que se colaboraría a nivel europeo y la gestión de la crisis.
Tras los primeros días de gestión de crisis el Consejo comenzó a aprobar las medidas adoptadas por la Comisión para hacer frente a la crisis que también fueron aprobadas por el Parlamento Europeo. Entre otras cabe destacar las siguientes:
> Medidas para reenfocar los recursos de la política de cohesión en la lucha contra los efectos de la pandemia.
> Nuevas normas para ayudar a los ciudadanos más desfavorecidos de la UE durante el brote de COVID-19.
> Informe sobre la respuesta integral de la política económica a la pandemia de COVID-19.
> Procedimiento escrito sobre propuestas que modifican el presupuesto de la UE para 2020 con el fin de liberar fondos para responder a la crisis de COVID-19.
> Una hoja de ruta hacia el levantamiento de las medidas de contención del coronavirus.
> Medidas excepcionales para poner a disposición recursos de cohesión que ayuden a hacer frente a la pandemia.
> Acuerdo del Eurogrupo sobre tres importantes redes de seguridad para los trabajadores, las empresas y los estados.
> Apoyo temporal para mitigar los riesgos de desempleo en una emergencia (SURE).
> Paquete de asistencia de 3.000 millones de euros para apoyar a los socios vecinos.
> Conclusiones sobre cuestiones relacionadas con la aplicación de la estrategia digital de la UE destacando el papel fundamental de la transformación digital en la recuperación posterior a la revolución del COVID-19.
COMITÉ ECONÓMICO Y SOCIAL EUROPEO:
Desde el inicio de la crisis sanitaria el Comité Económico y Social Europeo (CESE), la voz de la sociedad civil organizada ha pedido unidad y solidaridad en la lucha contra la pandemia.
A principios de la crisis, en marzo, el CESE señaló que la utilización del Fondo de Solidaridad de la Unión Europea no era suficientemente ambicioso, pidiendo un plan de inversión europeo más amplio aunque viendo con beneplácito la Iniciativa de Inversión en Respuesta al Coronavirus.
Ya en abril, antes de la reunión del Eurogrupo del 7 de abril de 2020, el CESE aprobó una declaración en la que se pedía que se diesen respuestas oportunas y urgentes a la pandemia de COVID-19, en su calidad de representantes de la sociedad civil organizada. Asimismo, se destacaba la necesidad crucial de una acción conjunta y rápida identificando la pandemia como un test de solidaridad en términos políticos, financieros, sociales y científicos para la Unión Europea.
Asimismo, tras los primeros confinamientos restringido la libertad de movimiento y los viajes transfronterizos se destacó el impacto negativo en varios derechos fundamentales. El CESE señaló que la libertad de asociación y de reunión se han visto recortadas, así como los derechos de privacidad a través de los sistemas de seguimiento de datos. Por ello pidió que las medida temporal no podían instrumentalizarse para revertir décadas de lucha por las libertades y la igualdad, saliendo de la crisis con las democracias – y la Unión Europea – intactas.
En los siguientes días de la crisis el CESE pidió un plan de recuperación de la UE en línea con las prioridades de la UE, que se reforzase la solidaridad para ayudar a los más desfavorecidos, una futura unión de la salud, que se adaptasen las Directrices para el Empleo de 2020 ante la pandemia de COVID-19 y que las organizaciones de la sociedad civil pudiesen participar en el diseño del plan de recuperación de Europa.
Información elaborada por Carlos Magdalena – Departamento Relaciones Internacionales de Unión Profesional